TESOROS OCULTOS EN LA BIBLIA (IV)
En 1845, Eliza R. Snow escribió un poema que luego se convertiría en el himno N°187 del himnario de la Iglesia. El poema se titulaba "Mi Padre Celestial" y el himno, en su versión en español, se conoce como "Oh, Mi Padre". En su tercera estrofa se lee: "¿Hay en los cielos padres solos? Clara la verdad está; la verdad eterna muestra: madre hay también allá." La verdad acerca de que junto a nuestro Padre Celestial se encuentra nuestra Madre Celestial constituye un hecho que debe haber sorprendido al mundo cristiano en la época de la Restauración, así como debe hacerlo hoy en día. Es una doctrina singular, tal como la que aprendió José Smith a través de la Primera Visión al percibir que Dios es un ser de carne y huesos, a semejanza nuestra, pero un hombre exaltado y glorificado por las eternidades. Encontramos también una clara referencia a nuestra Madre Celestial en "La Familia: Una Proclamación para el Mundo", emitida por la Primera Presidencia en...