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Mostrando entradas de 2023

LA BATALLA ES REAL

En más de una de las producciones cinematográficas que han alcanzado fama y nominaciones a premios importantes -llegando a ganarlos inclusive- se presentan historias y personajes que van a contracara de valores que, hasta en un tono peyorativo, la crítica llama de "tradicionales", en contraposición a los "vanguardistas", que ya no lo son tanto, pues se han impuesto como una exitosa moda. Es un hecho que la regla de medir valores por su popularidad prevalece en los ambientes académicos, sociales y culturales.  Como la lluvia ligera y persistente que moja la tierra, pero la permea suavemente hasta llegar a las más profundas raíces -en este caso, de la cultura contemporánea- la constante presencia persuasiva, en los medios culturales, de valores contestarios de los tradicionales va coloreando el cielo de las mentes contemporáneas con diversidad de mensajes que las alejan de las enseñanzas nobles del Salvador. Hoy en día, se  habla de una "batalla cultural" qu

LA FUERZA DE NUESTRO PODER

Experimentar pesar o dolor no se puede evitar, pero el consuelo prometido por el Salvador alivia el dolor y nos ayuda a seguir adelante y vencerlo. No todas las preguntas tienen respuesta en esta vida. Algunas tendrán que esperar a que atravesemos el velo para que obtengamos las respuestas que buscamos. Es por ello que se requiere de fe y confianza en los propósitos de Dios para con nosotros, cuando enfrentamos adversidades y pruebas cuya razón de ser no comprendemos.  La oportunidad de mostrar a Dios nuestra fidelidad resulta enormemente más valiosa en momentos de tribulación intensa, y de éxito aparentemente incierto, que cuando nos va bien en todo. El Señor ha prometido que "todas las cosas obrarán conjuntamente para nuestro bien" 1  , TODAS, aún las pruebas más duras que nos toque vivir. El tiempo y el Espíritu estarán de nuestro lado. Nuestra confianza y compromiso en mantenernos en el camino de los convenios que hicimos con Dios, nos respaldarán. Pero, por sobre todo, l

LIBERTAD vs. POBREZA

La libertad es un concepto esencial de la existencia humana. Conlleva un derecho inalienable que está indisolublemente inmersa en la vida. Nadie puede sentir que, privado de ella, puede alcanzar la felicidad y el goce pleno de su ser. Según la RAE, el vocablo libertad tiene varias acepciones. Entre ellas,   • Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.  • Falta de sujeción y subordinación.  • Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres. De manera que el ejercicio de la libertad trae aparejado inevitablemente asumir responsabilidades. Nadie se libra de las consecuencias de sus elecciones.  Ese ejercicio de la libertad puede llegar hasta la "falta de sujeción y subordinación" (¿a las leyes? ¿el sentido de justicia? ¿la moral?) o a una "contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres". Podría decirse, entonces, que existen varias libertades. De no mediar valore

RESILIENCIA EN EL EVANGELIO

En Física, la resiliencia es una propiedad ligada a la capacidad de memoria de un material para recuperarse de una deformación, producto de un esfuerzo externo. 1 Este concepto de recuperarse de un apartamiento de la condición natural del material, se puede extender al carácter de las personas. Se habla de resiliencia personal, cuando uno es capaz de sobreponerse a situaciones de desequilibrio vital, ya sea primordialmente desde un punto de vista emocional como de la voluntad de vencer obstáculos y adversidades de la más variada naturaleza. En un sentido espiritual, podríamos decir que la oposición que enfrentamos en todas las cosas " 2 , así como los pecados o transgresiones en que caemos por causa de nuestras  debilidades humanas, constituyen los esfuerzos que provocan las "deformaciones" en nuestras vidas, esas situaciones que nos apartan del "gozo para el cual fuimos creados" 3 , y causan desequilibrios emocionales o consecuencias adversas para nuestro prog

LAS BENDICIONES DE DIOS

El Evangelio de Dios no es un contrato mercantil, donde nos comprometemos con ciertas cosas que el Señor nos pide, a cambio de recibir las bendiciones que buscamos. La Iglesia de Jesucristo no es una institución creada con espíritu de intercambio de favores, donde Dios busca asegurarse nuestra lealtad, comprando nuestra obediencia mediante bendiciones que le pedimos, bendiciones que creemos necesitar, ya sea porque legítimamente las necesitamos o por el mero hecho de querer satisfacer nuestras terrenales ambiciones. El Evangelio no pretende -a cambio de nuestra obediencia- vendernos un "banco de bendiciones" al cual recurrir como si necesitáramos un préstamo para emprender nuestra búsqueda de éxito en la vida. La escritura es clara respecto de las intenciones de Dios:  "Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre." 1 El Evangelio, Su palabra y voluntad, Sus leyes y estatutos, Sus promesas y convenios nos so

EL TODO DEL HOMBRE

El compromiso de vencer internamente los conflictos diarios a que nos enfrentamos, nos impulsa a volver nuestros corazones a los principios básicos de la cristiandad; aquellos que -más allá de las particularidades de cada época- resultan inmutables por constituir la esencia misma de las enseñanzas de Jesús.  Como señaló Nefi: "Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo y escribimos según nuestras profecías, para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados." 1 Jesucristo mismo nos exhortó a hacer carne en nosotros Sus enseñanzas, y unir nuestros esfuerzos a los Suyos para llevar a cabo Su obra y Su gloria: la inmortalidad y vida eterna del hombre. 2 En los Evangelios leemos: "Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas." 3 Seguramente la declaración más trascendental de Jesús respecto de sí mismo s

CONFIAR EN DIOS

Vivimos nuestra vida en riesgo, sumida en incertidumbre. No se trata de asumir un pesimismo nihilista*. Se trata de reconocer que, por más que nos esforcemos, no podemos asegurar que viviremos sin problemas, dolores o enfermedades, oposición interminable o acompañados siempre por el fantasma de que, en cualquier momento, por circunstancias fortuitas e inesperadas, nuestra vida terrenal puede llegar a su fin por una enfermedad terminal, un accidente, un acto de violencia o algún cataclismo natural. El riesgo de morir es inherente al acto de vivir; vivir es morir un poco cada día, pues toda vida llegará inevitablemente a su fin algún día. ¿Cuándo? ¿Cómo? Imposible saberlo. Eso significa vivir con una incertidumbre vital que nos envuelve. Muchos vivimos evitando tomar conciencia de esta circunstancia. Practicamos lo que la sabiduría popular llama "esconder la cabeza dentro de un pozo", como el avestruz. Otros, asumiendo la finitud de la vida, y sin la certeza de una resurrección

EL DEBATE SANO

Existen muchas maneras de debatir. El debate es sano, en tanto nos abre la mente a otras perspectivas de la realidad, estemos de acuerdo con ellas o no. El debate enriquece, ampliando del horizonte de nuestros conocimientos.  Bien encausada, fomenta el diálogo, refuerza el recíproco respeto entre las personas, y contribuye al esfuerzo mancomunado de avanzar en procura del bienestar de las sociedades. Pero esta es una visión benigna del debate, una visión deseable y óptima. Esta clase de debate está en la esencia de las enseñanzas y la vida de Jesús.  La perspectiva cristiana del debate promueve el diálogo, intercambio de opiniones, y el propio debate dentro de un entorno de amor genuino por el prójimo; amor genuino, amor semejante al que se espera que el verdadero discípulo de Cristo sienta por Dios. Lamentablemente existen otras formas de debate donde se busca desnaturalizar el diálogo basado en el respeto mutuo, se pretende anular la libertad de expresión basada en la Declaración Uni