EL TRANSHUMANISMO

Tal vez el tema que escogí para tratar en este artículo no parezca muy espiritual. Tal vez a más de un lector le parezca extraño tratar un tema de fuerte raigambre filosófica en un espacio que pretende dar testimonio de Dios y Su plan.

Pero si el lector tiene la paciencia de terminar de leerlo, verá que "todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella"¹

Tratemos, ante todo, de caracterizar al transhumanismo.

En un artículo anterior hablé de cómo hemos llegado a esta época de posmodernidad en que vivimos. 

Decía en él que luego que "el centro del Universo pasó [de] estar ocupado por el Hombre"² en lugar de Dios ( època moderna),  éste "dej(ó) de ver la razón y las ciencias como fundamento de la verdad, y ... los sustituy(ó) por los sentimientos. La nueva fórmula [resultó en]: soy lo que siento...

Hoy prevalece el concepto de que la persona se conforma al recipiente que, a través de sus sentimientos, construye en su subjetividad."² (época posmoderna)

En definitiva, "la persona pasa a ser lo que se autopercibe"².

En la posmodernidad se han dado, además, grandes avances científicos y tecnológicos.

En el Libro de Joel se encuentran unos versículos proféticos, respecto de estos últimos días, que atañen al desarrollo incontenible de las ciencias y la tecnología.

"Y acontecerá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne...

Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y haré prodigios en el cielo y en la tierra..."³

Al respecto, el presidente Joseph F. Smith ha declarado:

"Nunca se ha dado un paso… en descubrimiento o invención, en el que el Espíritu del Señor (esto es, el espíritu del cual habló Joel, la luz de Cristo, ¡no el Espíritu Santo!) no haya sido la fuerza principal que descansaba sobre el individuo y era la causa de que él efectuase el descubrimiento o la invención… Y no siempre ha usado el Señor a quienes tienen fe, ni así lo hace hoy en día. El usa mentes que sean flexibles y que puedan ser dirigidas en ciertas direcciones a fin de efectuar su obra, no importa si ese hombre cree en Él o no” (Doctrina de Salvación, tomo I, págs. 171–172).

Como resultado de este avance de la tecnociencia del cual estamos hablando, muchos beneficios se han derramado sobre el bienestar del hombre. 

Por ejemplo, la implantación de artefactos de alta tecnología en el cuerpo humano ha permitido que ciegos recobren la capacidad de "ver", lisiados puedan disponer de miembros artificiales que sustituyen sus manos, brazos, pies o piernas perdidas, marca pasos que salvan vidas, y así sucesivamente. 

Esta fusión entre el ser humano y la tecnociencia ha permitido concretar en la realidad lo que la ciencia ficción introdujo como "cyborgs" (especies de biomáqinas), aunque estemos hoy todavía en una etapa aún muy poco desarrollada.

El transhumanismo es una corriente filosófica ligada a estos avances tecnocientíficos que hemos mencionado y su fusión en el cuerpo humano.

En una entrevista ofrecida a un importante portal de noticias de Internet⁴, Julian Baggini, un reconocido filósofo británico, describió el transhumanismo en estos terminos:

"Esencialmente el transhumanismo tiene que ver con la idea de que los humanos estamos cambiando para transformarnos en otra cosa, básicamente en otra especie. Según esta idea, nos estaríamos convirtiendo en algo que aún no conocemos, en una evolución del Homo sapiens anatómicamente moderno; pero que, además, sería algo que no figura en las categorías biológicas que hoy manejamos...

Para algunos pensadores transhumanistas, estaríamos desarrollando nuevas formas del Ser, nuevas maneras del Ser. Podrían ir desde la inteligencia de las máquinas sumada a nuestra propia biología —para ampliar las capacidades intelectuales o mecánicas— ; hasta transformaciones que nos conviertan en seres que habitan un mundo virtual..."

Todo progreso novedoso de la civilización introduce la necesidad de desarrollar una ética sobre su uso que sea compatible con lo que se acepta como bueno.

Los avances de la tecnociencia  encierran grandes interrogantes sobre el uso que se les dé, particularmente si se los enfoca desde el punto de vista de los objetivos transhumanistas.

¿Se usarán esos avances tecnocientificos para el bien o para el mal? ¿Para salvar vidas o anular la libertad individual? ¿Para facilitarnos la existencia o esclavizarnos? El acceso a esos avances, ¿dependerá del poder económico, político o será igualitario para toda la raza humana? ¿Creará más desigualdad?⁵ Recordemos que entre los siete pecados capitales Gandhi incluía "(la)ciencia sin amor a la humanidad".

Pero existe algo aún más perturbador. 

Al hablar de "desarrolla(r) nuevas formas del Ser", el transhumanismo empuja las fronteras de la posmodernidad. Literalmente se arroga el poder de crear, ese mismo poder con el que Dios organizó el Universo y la vida.

En el Libro de Moisés se relata como el adversario de toda verdad no sólo intentó destruir la libertad del hombre, sino también usurpar el poder de Dios:

"Y yo, Dios el Señor, le hablé a Moisés, diciendo: Ese Satanás, a quien tú has mandado en el nombre de mi Unigénito, es el mismo que existió desde el principio; y vino ante mí, diciendo: Heme aquí, envíame a mí. Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré; dame, pues, tu honra."⁶

¿Será el transhumanismo el eslabón histórico que trate de viabilizar la usurpación del poder de Dios a manos del adversario y quienes apoyan su obra?

No se trata de renegar de los avances científicos pero se cuestiona la ética con que algunos sectores de la intelectualidad la utilizan para volver a levantar una nueva Torte de Babel.

 El futuro está por verse, pero se muestra sombrío sin la perspectiva eterna del Evangelio de Jesucristo.

Hoy, más que nunca, Sus enseñanzas, Su ejemplo y Su ministracion deben pautar nuestras vidas. Si se nos vuelve difícil mantener nuestros pasos "en la senda de los convenios", Él puede sostenernos en la dirección correcta. El mundo pareciera querer llevarnos en otra dirección.


(1) Alma 30:44

(2) ¿Dios ha muerto?, Grupo Sudmensajes, posteo del 10 de agosto de 2023

(3) Joel 2:28-30

(4) Infobae, 15/04/2018

(5) "Hace unos años, Fukuyama se refirió al transhumanismo como 'la idea más peligrosa del mundo' (Fukuyama, 2004) debido a su potencial para incrementar las desigualdades, creando seres mejorados con más derechos que los que, por falta de medios o por voluntad propia, reciban esas mejoras." (Andrea Vaccari, Biblioteca digital de la Universidad Católica Argentina, La idea más peligrosa del mundo: hacia una crítica de la antropología transhumanista.

(6) Moisés 4:1

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