LA PARADOJA DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
Mucho se habla del antagonismo ciencia-religión. Este esquema resulta paradójico, ya que los avances y progresos de la humanidad, producidos por el hombre, tanto en ciencia como tecnología, son dones del Espíritu a través de los cuales Dios prepara el camino para la Segunda Venida de Jesucristo, para la obra del Milenio y para que la humanidad prosiga el derrotero del Plan de Salvación, con la esperanza de que alcance la vida eterna la mayor cantidad de hijos de Dios. En el Antiguo Testamento, en el capítulo 2 del libro de Joel, versículo 28, leemos: "Y acontecerá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días." Este versículo se refiere particularmente a nuestros días. El presidente Joseph Fielding Smith ha declarado al respecto: "LOS INVESTIGADORES SON G