LAS BENDICIONES DE DIOS
El Evangelio de Dios no es un contrato mercantil, donde nos comprometemos con ciertas cosas que el Señor nos pide, a cambio de recibir las bendiciones que buscamos. La Iglesia de Jesucristo no es una institución creada con espíritu de intercambio de favores, donde Dios busca asegurarse nuestra lealtad, comprando nuestra obediencia mediante bendiciones que le pedimos, bendiciones que creemos necesitar, ya sea porque legítimamente las necesitamos o por el mero hecho de querer satisfacer nuestras terrenales ambiciones. El Evangelio no pretende -a cambio de nuestra obediencia- vendernos un "banco de bendiciones" al cual recurrir como si necesitáramos un préstamo para emprender nuestra búsqueda de éxito en la vida. La escritura es clara respecto de las intenciones de Dios: "Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre." 1 El Evangelio, Su palabra y voluntad, Sus leyes y estatutos, Sus promesas y convenios nos so