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Mostrando entradas de diciembre, 2023

LA ORACIÓN: UNA LLAVE ESENCIAL

Como entes inteligentes siempre hemos existido¹. En el estado premortal nacimos de Padres Celestiales². A la hora de la Creación, el cuerpo de Adán fue engendrado del polvo de la tierra, y Dios sopló en él aliento de vida y fue alma viviente³: espíritu y cuerpo de carne y huesos, con vida en sí mismo. Después de la Caída, Adán y Eva fueron expulsados del Jardín de Edén y se convirtieron en seres mortales⁴. Y así como la muerte "entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos"⁵, mediante la Redención del Salvador. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín de Edén, fueron separados de la presencia de Dios, y salvo contadas excepciones, el hombre sólo ha podido comunicarse con Él mediante la oración. El significado de la oración va más allá del mero hecho de hablarle a Dios.  Siendo una "comunicacion" va en doble sentido, y es posible recibir respuesta divina a nuestras oraciones si estamos preparados espiritualmente para ello, y hemos de

MI TESTIMONIO

Existe en nosotros una dimensión espiritual que gran parte del mundo científico niega, en tanto busca las verdades de la naturaleza excusivamente a través de la dimensión material. Esa dimensión espiritual no carece de sentidos "espirituales de percepción", inefables pero reales, de los cuales millones han testificado de ellos. En base a esas experienciss espirituales, uno mi testimonio al resto de los discípulos de Jesucristo: Sé que Él vive. Ministró durante Su vida terrenal en Judea. Sufrió los dolores y enfermedades del pueblo, lo cual llenó sus entrañas de misericordia y le dió poder para saber cómo socorrernos. Su amor incondicional por el Padre Celestial y por nosotros, Sus hermanos, le llevó a sufrir los padecimientos en la carne y en el espiritu. En las torturas infringidas por las autoridades de la Palestina de aquella época; en el Jardín de Getsemaní donde expió nuestros pecados a condición de un arrepentimiento sincero, en la crucificción que padeció en el Gólgota

¿NAVIDAD SIN JESÚS?¹

Ciertas minorías que se ofenden con las enseñanzas de Jesús, y proclaman su disconformidad aduciendo que la Cristiandad viola sus derechos a ser diferentes, a obrar según sus propios designios, y exigen el acallamiento de cualquier disidencia respecto de sus ideas, a través de la herramienta de la cancelación, han procurado durante años descristianizar la Navidad. Tienen su derecho a pensar diferente. Tienen derecho a vivir diferente, y a ser respetados en sus derechos humanos, así como también la obligación de corresponder con la misma reciprocidad. La Cristiandad no los persigue. El amor al prójimo no hace distinción de credos, razas, ideologías o preferencias. Aún al recibir ofensas, la Cristiandad enseña a perdonar "setenta veces siete", a buscar la "reconciliación" antes de llevar la ofrenda al altar, a amar al prójimo "como a uno mismo". La Navidad sin Jesús es como un partido de fútbol sin balón,  una lámpara sin energía eléctrica, una brújula sin a

EN ESTA NAVIDAD

En un mundo que ansía la paz pero se deja llevar por el impulso de la violencia, la cancelación, la ira desplegada hacia los que piensan distinto. En un mundo en que la verdad ha perdido su objetividad, y se desprende de la realidad para quedar enterrada en los desechos del relativismo moral y la autopercepción como norma para determinar la identidad personal, olvidando quienes somos tanto del punto de vista biológico como del hecho de ser todos hermanos e hijos de Dios. En un mundo donde el amor a las riquezas, la fama, a la gloria efímera del entretenimiento soez que nos asalta como arte popular. En un mundo donde la ambición por el poder eclipsa los nobles sentimientos de solidaridad que personas y organizaciones de buen corazón intentan llevar aderante. En un mundo donde las malas noticias son primicia y las edificantes quedan relegadas a un rol secundario, o ni se mencionan; donde la corrupción, las drogas, los delitos y la opresión ahogan las voluntades y la libertad en aras de p

MORIR EN VIDA

Hace más de 12 años resolví publicar mi primer artículo en Internet. Lo titulé "El valor de la Reflexión". Me parecía que era la clave de lo que, con el correr de los años, podría ser el fundamento del mensaje que deseaba compartir, cosa que he venido haciendo desde entonces. En ese artículo decía: "Es en la reflexión que el ser humano puede examinar detenidamente su propia esencia y tratar de entender el propósito de su vida, su razón de ser, su destino. Aún si le fuera imposible llegar a encontrar las respuestas que busca, la reflexión le permitiría colocar los diversos aspectos de su vida en la perspectiva adecuada. De esa manera estaría invirtiendo sus energías y encausando sus fuerzas en la dirección que conduce hacia la felicidad... "Allí es precisamente donde se libra la última batalla: en los recónditos rincones del alma, donde la reflexión tiene lugar y donde se moldean los sentimientos, donde pueden fraguarse el amor y la nobleza o los más bajos pensamient

EL TRANSHUMANISMO

Tal vez el tema que escogí para tratar en este artículo no parezca muy espiritual. Tal vez a más de un lector le parezca extraño tratar un tema de fuerte raigambre filosófica en un espacio que pretende dar testimonio de Dios y Su plan. Pero si el lector tiene la paciencia de terminar de leerlo, verá que "todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella"¹ Tratemos, ante todo, de caracterizar al transhumanismo. En un artículo anterior hablé de cómo hemos llegado a esta época de posmodernidad en que vivimos.  Decía en él que luego que "el centro del Universo pasó [de] estar ocupado por el Hombre"² en lugar de Dios ( època moderna),  éste "dej(ó) de ver la razón y las ciencias como fundamento de la verdad, y ... los sustituy(ó) por los sentimientos. La nueva fórmula [resultó en]: soy lo que siento... Hoy prevalece el concepto de que la persona se conforma al recipiente que, a través de sus sentimientos, construye en su subjeti

DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS

Que nuestro Señor afirmara  a través de Pedro, que "Dios no hace acepción de personas"¹ tiene implícito un trascendente significado. Dios ama a todos Sus hijos por igual. Desea para todos Sus hijos la felicidad, tanto en esta vida como la venidera. La más clara definición de ese Amor está dada en Su declaración: " Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre."² Pero esa igualdad implícita en la "no acepción de personas" no significa que, en su relación con Sus hijos, no distinga entre ellos en base al compromiso y conducta que cada uno ponga en seguir Su voluntad. Porque Pedro mismo aclara luego que Dios "en toda nación se agrada del que le teme y hace lo justo"³. El propio Jesucristo afirmó durante Su ministerio que "el obrero es digno de su alimento"⁴.  En Génesis leemos la admonición a Adán: "...con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra"