MI TESTIMONIO

Existe en nosotros una dimensión espiritual que gran parte del mundo científico niega, en tanto busca las verdades de la naturaleza excusivamente a través de la dimensión material.

Esa dimensión espiritual no carece de sentidos "espirituales de percepción", inefables pero reales, de los cuales millones han testificado de ellos.

En base a esas experienciss espirituales, uno mi testimonio al resto de los discípulos de Jesucristo:

Sé que Él vive. Ministró durante Su vida terrenal en Judea. Sufrió los dolores y enfermedades del pueblo, lo cual llenó sus entrañas de misericordia y le dió poder para saber cómo socorrernos.

Su amor incondicional por el Padre Celestial y por nosotros, Sus hermanos, le llevó a sufrir los padecimientos en la carne y en el espiritu. En las torturas infringidas por las autoridades de la Palestina de aquella época; en el Jardín de Getsemaní donde expió nuestros pecados a condición de un arrepentimiento sincero, en la crucificción que padeció en el Gólgota y en la traición de los que amó con un amor divino.

Sé por el mismo conocimiento espiritual que mencioné, que murió y resucitó al tercer día , que nos salvó incondicionalmente del aguijón de la muerte física, y que nos trajo la esperanza de una resurrección gloriosa, premiada de acuerdo a nuestra fe, nuestras obras, nuestros pensamientos y los deseos de nuestros corazones.

Sé que vive. Sé que hoy en día y por siempre nos ministra. Es nuestro Amigo Eterno. 

Sé que no existe mayor gozo que sentir Su amor y amarlo, aún a pesar de nuestras debilidades y flaquezas.

En esta Navidsd mi corazón se llena de gratitud por saber estas cosas, y poder tener la libertad de compartirlas.

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