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Mostrando entradas de 2022

ENTRE LA CONFUSIÓN DE IDEAS

Es muy interesante releer el relato que se encuentra en Génesis acerca de cómo el Señor confundió el lenguaje de los pueblos. Tiempo después del Diluvio, la escritura dice que “tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que, cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar y se asentaron allí. Y se dijeron los unos a los otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, no sea que seamos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.” 1 La Biblia no aclara la razón por la cual los hijos de Dios de aquel tiempo resolvieron construir la torre de Babel. Podríamos pensar que a raíz de los que sabían acerca del Diluvio, quisieron construir una torre lo suficientemente alta como para que en caso de repetirse el fenómeno, ellos pudieran salvarse

ANTE LAS PRUEBAS MÁS DIFÍCILES

Experimentar pesar o dolor no se puede evitar, pero el consuelo prometido por el Salvador alivia el dolor y nos ayuda a seguir adelante y vencerlo. No todas las preguntas tienen respuesta en esta vida. Algunas tendrán que esperar a que atravesemos el velo para obtener las respuestas que buscamos. La oportunidad de mostrar a Dios nuestra fidelidad resulta enormemente más valiosa en momentos de tribulación intensa que cuando nos va bien en todo. El Señor ha prometido que "todas las cosas obrarán conjuntamente para nuestro bien", TODAS, aún las pruebas por más duras que sean. El tiempo y el Espíritu ayudan. Nuestra confianza y compromiso en mantenernos en el camino de los convenios que hicimos con Dios, son imprescindibles. Por sobre todo, la fuerza que nos mueva a través de la vida debe ser el amor que nos une a nuestro Creador.

AMAR A NUESTROS ENEMIGOS

Todos somos hijos de nuestro Padre Celestial y Él, que no hace acepción entre personas, ama a todos por igual. El Pte. Hinckley decía que si Dios ama a todos Sus hijos, quiénes somos nosotros para no amar a Sus hijos también. El amor hacia los enemigos de Dios crece en nosotros cuando pensamos que Dios les ama a pesar "de" sus pecados y no "en" sus pecados. Lo difícil es separar el pecado del pecador, cosa que Jesús supo hacer a la perfección en Su ministerio. En nuestra debilidad, debemos esforzarnos por progresar y seguir Su ejemplo, Su camino. Para algunos de nosotros será más difícil que para otros, pero el segundo gran mandamiento sobre la cual se basan la ley y los profetas, requiere de nosotros amar a nuestros enemigos, a los enemigos de Dios que siguen el influjo del destructor. Pero ello no significa consentir en sus maldades, ni dejarnos llevar por delante. Ciertamente no debemos mirar la viga en el ojo ajeno y sí la paja en el nuestro, si de

LA FAMILIA DE DIOS

"Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos." 1 Esta sagrada declaración acerca de nuestra identidad como hijos e hijas de padres celestiales no deja lugar a dudas en cuanto a que todos somos hermanos. Ya sea que una persona haya nacido hace siglos; ya sea que vaya a nacer en el futuro o sea contemporánea con nosotros; ya sea que realmente haya sido engendrada por nuestros padres terrenales o no, esa persona es nuestro hermano o hermana. Podrá serlo en un sentido estrictamente espiritual (tenemos nuestros padres celestiales en común) o -eventualmente- podrá ser asimismo nuestro hermano o hermana terrenal también, compartiendo padres terrenales con nosotros. Sí... aún nuestros padres terrenales, abuelos, cónyuge o hijos propios son literalmente hermanos nuestros. En un sentido espiritual, todos

EL VALOR DEL SACRIFICIO

Nos sacrificamos por lo que amamos. Sacrificarse implica la disposición y voluntad de asumir una serie de compromisos que, por lo general, conllevan pagar un alto precio por la decisión que tomamos. Sacrificarse implica renunciar a aquello que consideramos de menos valor por aquello que nos resulta más valioso. En ocasiones, el valor no se mide en forma tangible, sino que se pondera a través de los sentimientos, de la intangibilidad del amor. En otras, sacrificarse es ponerse en segundo lugar en aras de servir a nuestro prójimo, sea cercano o lejano. Sacrificarse no siempre se funda en la lógica del llamado "homo economicus", para quien todo se mide por la ventaja material que las diversas alternativas, entre las cuales elegir, le permiten alcanzar. Existe en el sacrificio siempre un rédito, no necesariamente cuantificable, y menos materialmente. En realidad, el sacrificio que se consuma por un simple beneficio material que va más allá de lo que uno se ve obligado

VIVIFICADOS EN CRISTO

  La Escritura enseña: "Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo." 1 Por ser hijos literales de Adán, no sólo heredamos de él la mortalidad, sino también la oposición, la adversidad, el dolor y los sufrimientos, pues su caída nos abrió las puerta a un mundo telestial. Sufrir, sentir dolor, enfrentar a la adversidad, luchar y perder, pueden hacernos sentir a través de nuestra debilidad, nuestra condición de vulnerables , que se manifiesta más plenamente en momentos de prueba y desazón. Pero Jesucristo no sólo cargó con nuestros pecados, redimiéndonos y dándonos la esperanza de ser vivificados para vida eterna. También llevó nuestros dolores y enfermedades, nuestros sufrimientos y pesares; y en ese sentido, Su sacrificio también nos vivifica, renovando nuestro gozo a pesar de las adversidades y el dolor. De esta manera logramos -asimismo- vivir en Cristo y somos engendrados en el Espíritu, como hijos e hijas de Él. Por

¿DUDAS EN NUESTROS FLANCOS DÉBILES?

Recientemente leí la crítica sobre un libro sobre la relación entre la conducta humana y las diversas culturas que han existido y existen en las sociedades actuales. La autora establecía que la valoración moral de las conductas dependía de la cultura de la sociedad que se hacía referencia. Ponía ejemplos variados de culturas antiguas y contemporáneas, donde un mismo acto se aceptaba como lícito, tolerable o inaceptable desde un punto de vista moral según la sociedad de que se tratase. Sin entrar a detallar las conductas a que se refería la autora (básicamente relacionadas con los deseos y las pasiones físicas), afirmaba que fundamentalmente las culturas basadas en las tradiciones judeo-cristianas a las que se sumaba el Islam, condenaban ciertas prácticas porque contravengan el mandato divino, lo cual constituía el concepto de pecado. Afirmaba cómo, a partir de los cambios sociales de fines de siglo XX y el presente, habían derribado ciertos tabúes, haciéndolos aceptables por ca

ENTRE LO COMÚN Y LO NORMAL

En el diccionario de la Real Academia Española leemos: Normal: Dicho de una cosa que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. Común: Corriente, recibido y admitido de todos o de la mayor parte. Para muchas personas, los términos común y normal les parecen sinónimos. A tal punto que la medida de la normalidad pasa por qué tan común resulta determinada acción, concepto, idea o postura. De hecho, es frecuente que se acepte como normal lo que simplemente es común , aunque desafíe o se oponga a normas que, en el pasado reciente o lejano, hayan regido la legitimidad o ilegitimidad de determinada situación. Lo cierto es que para que algo pueda entrar en la normalidad debería ceñirse a normas. Desde un punto de vista jurídico, las normas -que determinan la normalidad-  se definen como las reglas de la conducta justa, aquella que impele a hacer o a omitir hacer, para observar la justicia. Desde un punto de vista moral, las normas deter

LA FUENTE DE TODA RECTITUD

¿Por qué se nos manda predicar la palabra de Dios? ¿Por qué sentimos que debemos predicar el Evangelio Restaurado? Para que "hijos de los hombres... sean persuadidos a hacer el bien constantemente, a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos". 1 Esa fuente es Jesucristo. Una fuente de modelo de vida, por Sus enseñanzas y Su impecable vida. Una fuente de buenos sentimientos, por el amor que nos da y nos motiva a compartir. Una fuente de poder, por Su gracia que derrama sobre nosotros para vencer las pruebas que debemos enfrentar. Una fuente de esperanza de un mundo mejor, por la confianza que siembra en nuestro corazón. Una fuente de certeza, por el testimonio que planta en nuestra alma. Una fuente de confianza, porque nunca ha dado ni nos dará un mandamiento, sin preparar una vía para que podamos cumplir lo que nos ha mandado. 2 Una fuente de virtud, pues si por seguirle "... pone(mos) toda diligencia en añadir a (nuestra) fe virtud;

AMAR Y PERDONAR

Durante el ministerio terrenal de Jesús, leemos acerca del siguiente acontecimiento: "Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó para tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas." 1 ¿Cómo amar a quienes cometen toda clase de iniquidades, muchas tan profundamente malas que no es posible pensar siquiera en ellas sin sentir horror? ¿ Cómo amar a quienes nos dañan o persiguen nuestra destrucción? Al comienzo de esta dispensación, el Señor le reveló al Profeta: "Por tanto, llamo a lo débil del mundo, a aquellos que son indoctos y despreciados, para trillar a las naciones por el poder de mi Espíritu." 2 Tal vez la respuesta a cómo amar sin distinción es

ENFRENTANDO NUESTROS DESAFÍOS

No importa cuánto peso tengamos encima, Dios no permitirá que la oposición sea más fuerte que la ayuda que Él pueda brindarnos, si se la pedimos; pues como dijo Jesús a Sus discípulos, "no [nos] dejará huérfanos". 1 En otro pasaje de las Escrituras se nos advierte que "fiel es Dios, que no (n)os dejará ser tentados [probados] más de lo que pod(amos) resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que pod(amos) soportar." 2 Nuestra actitud frente a las circunstancias que nos toca vivir es la que condiciona las consecuencias que esas circunstancias tendrán en nuestra vida. En nuestra naturaleza humana tendemos a buscar el cumplimiento de nuestros deseos sean legítimos o no, olvidando que la vida -como se acostumbra a decir- no es "un lecho de rosas". Si acaso lo fuera, olvidamos que junto con las rosas vienen las espinas. No existe tal cosa como una vida sin oposición, dificultades o pruebas. No solamente el éxito conduce

¿UN MUNDO PERFECTO?

Con la mente finita que poseemos como seres humanos, existen muchas preguntas que no alcanzaremos jamás responder en esta vida. Sin embargo, algunas sí tienen respuesta si conocemos los atributos y la voluntad de Dios. Por ejemplo, si estuviéramos en Su lugar, ¿no parecería más conveniente revelarnos a la percepción física del hombre en lugar de esperar que llegue a conocer la realidad de la existencia de un Dios a través de la fe? Si Dios se revelara a nuestros ojos físicos y pudiéramos todos verle; Si Dios hablase a nuestros oídos físicos como un hombre habla a otro y le pudieramos escuchar con claridad; Si Dios nos mostrase Su amor permitiéndonos abrazarlo y sentir en nuestro cuerpo la calidez del Suyo... ¿No sería más fácil creer en Su existencia? ¿Podríamos dudar de la veracidad de las Escrituras? ¿No seríamos todos creyentes habiendo un solo credo y una consenso universal en cuanto al conocimiento de Él, de dónde venimos, por qué estamos aquí, hacia donde vamos de

¿QUÉ BUSCA EL HOMBRE EN SU VIDA?

Si uno se preguntara qué busca el hombre en su vida, ¿cuál sería la respuesta? ¿Habría una única respuesta? ¿Todos los seres humanos buscan lo mismo? ¿Buscan siempre lo mismo durante el transcurso de su vida, o van cambiando el objeto de su búsqueda a medida que envejecen y adquieren experiencia? ¿Existe alguna preferencia por determinado logro o la naturaleza de esa búsqueda está dispersa entre una infinitud de deseos? Para algunos la búsqueda será en pos de las riquezas. Otros buscaran fama, poder, dominio, lujuria o alargar su tiempo en la tierra lo más posible. Unos escogerán por temor, otros tal vez por afán de placer. Habrá quienes busquen la paz, o los muevan sentimientos de altruísmo mediante el servicio desinteresado al prójimo. Unos buscarán la soledad; otros perderse en el rebaño de las multitudes por miedo a la libertad, como afirmaba Erich Fromm. Existirán quienes ni siquiera sepan qué buscar, pues vivir será para ellos sumergirse en la protección de una rutina que les

LAS INTELIGENCIAS

Nacemos, vivimos y morimos. Entre un momento inicial y el momento final, transcurre el tiempo de nuestra vida. Nuestra vida no es nuestra existencia. Nuestra existencia, de acuerdo con la palabra revelada, no ha tenido ni principio ni tendrá fin. En el discurso del funeral de King Follet, el Profeta José Smith enseñó que nuestra individualidad siempre existió. Desde siempre hemos sido inteligencias eternas. 1 No tenemos mucha revelación acerca de nuestra naturaleza como "inteligencias", pero sabemos que como tales, nacimos en un momento dado como hijos e hijas de padres celestiales, revestidos de un cuerpo espiritual. Del Plan de Salvación sabemos que, habiendo aceptado la voluntad del Padre, nacimos a esta vida terrenal revestidos de un cuerpo mortal, constituido por carne y huesos, dentro del cual mora nuestro espíritu. Gracias al Sacrificio Expiatorio de Jesucristo, nuestra mortalidad terrenal fue vencida, otorgándonos inmortalidad. Más allá del reino y grado d