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MATAR AL MENSAJERO

Existe todo un mensaje en el título de este artículo. Hace referencia a Jesucristo.  Cuando vino al mundo, acerca de ese bebé nacido en un humilde pesebre, mensajeros celestiales proclamaron a asombrados pastores:"...No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor."¹ Jesús era el Mensajero prometido desde el inicio de los Tiempos. Aquél  de quien Isaías profetizó: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. El aumento de su dominio y la paz no tendrán fin, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos."² Como Mensajero de Dios ejerció Su ministerio entre el pueblo, pero Sus enemigos confabularon para prender

TOLERANCIA ES RESPETO

En lo personal, siento tristeza por quienes, por definirse ateos, se creen en la obligación y derecho de combatir la religión. Sólo manifiestan su debilidad, fruto de la soledad que les causa vivir sin esperanza. Pero todos tenemos el derecho de creer en lo que queramos creer, compartirlo y esforzarnos por vivir de acuerdo a nuestras creencias. No creo legitimo negarle ese derecho a nadie, ni aún a quienes se autoproclamen ateos y combaten a Dios.

A LA HORA DE JUZGAR

Jesús enseñó "Por sus frutos los conoceréis"¹, de manera que cada cual, buscando la guía del Espíritu Santo,  por la cual se puede saber la verdad de todas las cosas, seguramente recibirá el don del discernimiento, si está preparado y lo busca con humildad.  No necesitará de nadie ni de nada para juzgar con un juicio justo. (1)  Mateo 7:16