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Mostrando entradas de octubre, 2023

EL OLVIDO, LA MUERTE Y LA GLORIA

Ignaz Philipp Semme, Armand Jean du Plessis, Jorge Manrique, Alexander Fleming... Pregunto: ¿Alguien puede recordarlos o recordar por qué se distinguieron? ¿Cuál fue la razón de su prestigio, poder o influencia de que gozaron en su tiempo? Ellos, así como innumerables protagonistas de su tiempo, han caído prácticamente en el olvido, a pesar de la fama y gloria que los rodearon. Veamos: Ignaz Philipp Semmelweis (1818-1865)- Semmelweis descubrió que higienizarse las manos en soluciones de cal clorada, antes del parto, reducía la mortalidad a menos del 1%, salvando así la vida de innumerables bebés recien nacidos y madres parturientas. Armand Jean du Plessis - (París, 9 de septiembre de 1585-París, 4 de diciembre de 1642), también se le conoció como el Cardenal Richeliueu. Dominó la politica francesa llegando a ser primer ministro durante el reinado de Luis XIII en 1624, convirtiéndose en el hombre más poderoso de Francia, en aquel entonces una potencia mundial entre las naciones. Jorge M

EL REINADO DEL HOMBRE NATURAL: ¿PARAÍSO O ESPEJISMO?

Ya hemos mencionado que en esta época de posmodernidad en que vivimos, el individuo sustituye la herramienta de la razón en su búsqueda por conocer la realidad -es decir, la verdad- por el camino de sus sentimientos. Deja de ver al mundo exterior con el ojo de la objetividad y el razonamiento, para basarse en su autopercepción, la cual está enraizada en sus sentimientos y deseos. Esta afirmación es, desde luego, general. Caracteriza al ser humano contemporáneo promedio. Existen, obviamente, quienes no han sido absorbidos por la ola cultural de la posmodernidad, y no adhieren a sus ideologías, posturas y herramientas de cancelación, aspectos que caracterizan a quienes defienden a capa y espada los cambios instalados en el colectivo de la civilización occidental. Esta concepción de la relación del individuo con la realidad -repetimos, basada en la autopercepción- conlleva grandes cambios en la vida de las sociedades. En primer lugar, desecha las leyes naturales y las verdades científicas

CARTA A UNA FEMINISTA RADICAL

Estimada amiga:  Respeto el derecho que  tienes de tener tus propias opiniones. Y sobre lo que no sé, no opino. Pero diré sí, que no todos los varones somos iguales (ni las mujeres), pero todos somos hijos e hijas de Dios. Algunos viven los preceptos de Dios más que otros (Dios juzgará eso). Pero, por favor, ser galante, caballeroso y cortés, servicial, amable o reconocer con un halago el valor de una mujer, no significa menoscabarla, tener en menos sus derechos que son los mismos que los derechos de los demás, pues Dios no hace acepción de personas. Considero muy injusto, triste, inhumano y condenable toda forma de machismo, degradación, mal trato o lesión de los derechos de una mujer, y toda acción semejante hacia cualquiera de las hijas de Dios. Ningún hombre debería jamás inferiorizar a una mujer, ya sea su hermana espiritual, su esposa , madre, hija o simplemente conciudadana del mundo. Ejemplos de eso sobran (y muchas veces, por razones que no vienen al caso mencionar aquí, se mi