EN ESTA NAVIDAD

En un mundo que ansía la paz pero se deja llevar por el impulso de la violencia, la cancelación, la ira desplegada hacia los que piensan distinto.

En un mundo en que la verdad ha perdido su objetividad, y se desprende de la realidad para quedar enterrada en los desechos del relativismo moral y la autopercepción como norma para determinar la identidad personal, olvidando quienes somos tanto del punto de vista biológico como del hecho de ser todos hermanos e hijos de Dios.

En un mundo donde el amor a las riquezas, la fama, a la gloria efímera del entretenimiento soez que nos asalta como arte popular.

En un mundo donde la ambición por el poder eclipsa los nobles sentimientos de solidaridad que personas y organizaciones de buen corazón intentan llevar aderante.

En un mundo donde las malas noticias son primicia y las edificantes quedan relegadas a un rol secundario, o ni se mencionan; donde la corrupción, las drogas, los delitos y la opresión ahogan las voluntades y la libertad en aras de paraísos terrenales construidos sobre polvo e ilusiones.

En un mundo donde la desesperanza y el dolor, el hambre y la ignorancia se propagan como una pandemia.

En un mundo asi, brilla -sin embargo- una Luz brillante que se marca a fuego en nuestros corazones:

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo...

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo...

"No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros..."¹

Que en esta época del año, la que muchos festejan como la Navidad pero no invitan a Jesús a participar de su vida, recordemos que el verdadero poder está en Él. 

Un poder que nos hace fuertes en nuestras debilidades, un poder que nos libera de las ataduras de nuestros miedos, peocupaciones, y nos da la fuerza para sobrellevar las vicisitudes de nuestras vidas.

Porque "[Él] (toma) sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo. Y (toma) sobre sí la muerte, para soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus debilidades (toma) él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos."²

Sólo la verdad nos hace libres³ de los males del mundo, con esa "libertad con que Cristo nos hizo libres"⁴.

Que esta Navidad nos reencuentre con Él, y que podamos sentir la felicidad que nos regala Su compañía.

(1) Juan 14:27; 14:18; Juan 16:33

(2) Alma 7:12

(3) Juan 8:23

(4) Gálatas 5:1

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