REVELACIÓN PERSONAL

Creo que debemos limitarnos a la verdad revelada, a las enseñanzas de nuestros profetas antiguos y modernos, y no caer en conjeturas sobre temas y conceptos que nuestro Padre Celestial no ha creído necesario o prudente revelarnos aún.

Algún día llegaremos a saber todas las cosas si alcanzamos la vida eterna.

Harto difícil puede resultar progresar espiritualmente y en el conocimiento de la verdad con lo que ya nos ha sido revelada, como para que nos enfrasquemos en discusiones o interpretaciones sobre cosas que Dios no nos ha explicado explícitamente.

Si alguno de nosotros recibe revelación personal sobre algún tema específico que no es de dominio general, seguramente el Señor por un lado entendió que merecíamos recibirla y por otro,  desea que lo guardemos en nuestro corazón para nuestro provecho e instrucción.

Así como se nos exhorta a cuidar nuestra bendición patriarcal no poniéndola en el dominio público, así también, la revelación personal que hayamos recibido -claramente reservada para nuestra esfera individual- debemos mantenerla bien guardada en la cámara secreta de nuestro corazón, que sólo Dios conoce.

"Aquel que de Dios reciba, acredíteselo a Dios, y regocíjese de que Dios lo considere digno de recibir."¹

(1) Doctrina y Convenios 50:34

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