VENCIENDO EL CAOS
No hay duda de que el caos domina el orden del mundo. Un caos donde un conjunto indefinido de centros de poder -porque unos se ocultan entre sombras, otros surgen como hongos después de la lluvia y otros actúan a la luz del día haciendo creer que persiguen fines altruístas- luchando entre sí, pero contribuyendo juntos en avanzar hacia la destrucción de la dignidad del ser humano. Esto podrá parecer duro, hasta apocalíptico. Pero es el resultado de la pérdida de valores morales y espirituales que Dios, creador de la vida y organizador del entorno que la cobija, legó a Sus hijos para que la existencia humana fuera una experiencia de gozo y armonía con Su propósito de llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna de Sus hijos¹. ¿Acaso es posible dudar de la existencia de ese caos a la luz de los acontecimientos que amenazan el diario vivir de los habitantes de este planeta? Basta leer las noticias con que despertamos cada día. Basta tomar conciencia de la incertidumbre en que viv...