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ELIJAMOS SABIAMENTE

El primer gran drama de la humanidad tuvo lugar antes del comienzo de la Historia. En el Libro de Moisés, tenemos un breve relato de cómo se desarrolló ese momento crucial para nuestra existencia terrenal.  Aunque fue en el principio, cuando aún la Creación estaba sólo en los planes de nuestro Padre Celestial, el adversario de nuestra salvación y vida eterna ya tramaba nuestra destrucción espiritual, y con sus intenciones, procuraba frenar definitivamente nuestro progreso. Dice al respecto la Escritura: "Y yo, Dios el Señor, le hablé a Moisés, diciendo: Ese Satanás, a quien tú has mandado en el nombre de mi Unigénito, es el mismo que existió desde el principio; y vino ante mí, diciendo: Heme aquí, envíame a mí. Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré; dame, pues, tu honra.  Pero, he aquí, mi Hijo Amado, que fue mi Amado y mi Escogido desde el principio, me dijo: Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria

LA BATALLA CULTIRAL

Así como las virtudes cristianas representan el camino trazado por Jesús para alcanzar un triunfo eterno, el mundo profano nos rodea de sus antivalores, queriendo llenar nuestras vidas hasta el hartazgo de odios, furia, frustración, envidia, intolerancia, incitación a conductas que deshumanizan,   sublimizando hasta el colmo la enemistad con Dios. Es descorazonador pensar en el colapso de la moral en un tiempo en que el adversario se vale de todos los medios a su alcance  " irrita(ndo) los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros"¹. Pero es lo que está aconteciendo en el mundo precisamente ahora. El crecimiento y progreso de la obra, promoviendo el Plan de Salvación instituido por Dios para la "inmortalidad y vida eterna"² del hombre, está acompañada del auge sin precedentes en la historia moderna de la profanidad que la enfrenta. Entre la intelectuales de uno y otro signo -pues parece que siempre existirán "nefitas y lamanitas munda

EN EL DESIERTO

El mundo de la posmodernidad en que vivimos, nos exhorta a no pensar. Nos invita a dejarnos llevar por lo que sintamos, sin reflexionar si ello está en armonía con la realidad o la verdad.  La palabra de moda es "autopercepción", que nos abre la puerta al relativismo moral, a convertirnos en unidades de consumo y dejar de ser racionales. Esto nos hace recordar la admonición de Jesús a Sus discípulos respecto al futuro que sobreviviría sin Su ministerio personal: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin... ...habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.  Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.  Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o allí, no lo creáis.  Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán gr