¿CÓMO TE ABRIÓ LOS OJOS?
Las experiencias espirituales vividas durante el ministerio terrenal de Jesús son abrumadoras. Por Su palabra levantó muertos, curó cojos y leprosos, sacó demonios de personas poseídas, calmó tempestades, convirtió agua en vino, maldijo una higuera y devolvió la vista a ciegos. Fueron milagros porque desafiaron las leyes naturales conocidas por los hombres. La vida terrenal de Jesús fue una vida signada por milagros; desde Su nacimiento de la virgen María como Unigénito en la carne del Padre Celestial hasta Su gloriosa resurrección el día de la Pascua judía. Milagros que trascienden nuestra percepción natural, como perdonar pecados, conocer la historia tras la vida de la mujer samaritana o sentir que salió poder de sí al tocar el borde de su manto la mujer enferma de flujo de sangre. Milagros que desconciertan la ciencia de los instruidos al convertir cinco panes y dos peces en alimento para atender a cinco mil de Sus seguidores. ¿Ha cesado Su ministración después de Su asención?