LA VERDAD PREVALECERÁ
Se dice que cuando una persona se pone una máscara sobre su rostro, al punto de no ser posible reconocerla, es entonces que se revela su verdadera identidad. El anonimato ofrece a muchos ka ventaja de decir y hacer lo que no se atrevería a decir o hacer a cara descubierta. La peor de las máscaras es la mentira que, a través del engaño, busca aprovecharse del prójimo buscando fines que se esconden tras una sonrisa, un acuerdo simulado o promesas que no se tiene la intención de cumplir. Vivimos tiempos difíciles, no tanto por los antivalores que tanto se propalan sino por su difusión masiva, su popularidad y la avanzada tecnología que potencia sus efectos. Ya no se trata de la invención de armas sofisticadas que podrían destruir la Humanidad -intencionalmente o por error- sino de armas que destruyen al ser humano por dentro, quitándole subrepticiamente su libertad, sumiéndolo en inmoralidades que nuestros antepasados no hubieran dudado en condenar, privándolo del gozo de vivir en paz y