CUANDO TUS DESEOS...

Cuando tus deseos paralicen tu voluntad, revísalos. Tal vez, sólo sean quimeras.

Cuando tus deseos te vuelvan egoísta, deséchalos. Seguro que te echarán a perder.

Cuando tus deseos dañen a tu prójimo, elimínalos. Matarán el amor en tu corazón. 

Cuando tus deseos te hagan dudar, busca la guía de Dios. Él te ayudará a cambiarlos para bien.

Cuando tus deseos te puedan meter en problemas, no busques satisfacerlos. Antes, evita envolverte en problemas.

Cuando tus deseos sean más fuertes que la razón, toma partido por la razón. Tal vez estés deseando lo que no debas.

Cuando tus deseos te acerquen a Dios, hagan de ti una mejor persona, te ayuden a servir, a amar y a tener paz, abrázalos y lucha con todo tu ser para hacerlos realidad.

Mira dentro de tu corazón y conócete primero. No te guíes por impulsos, ni buscando la fama, el poder injusto o los placeres mundanos. 

Lo que lleva a la felicidad no se compra ni se roba, mas perdura para siempre.

El verdadero gozo se engendra por deseos virtuosos.

Es "de la abundancia del corazón [que] habla [tu] boca. El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas..."1

(1) Mateo 12:34-35

Comentarios