EN EL DESIERTO

El mundo de la posmodernidad en que vivimos, nos exhorta a no pensar. Nos invita a dejarnos llevar por lo que sintamos, sin reflexionar si ello está en armonía con la realidad o la verdad. 

La palabra de moda es "autopercepción", que nos abre la puerta al relativismo moral, a convertirnos en unidades de consumo y dejar de ser racionales.

Esto nos hace recordar la admonición de Jesús a Sus discípulos respecto al futuro que sobreviviría sin Su ministerio personal:

"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin...

...habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 

Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 

Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o allí, no lo creáis. 

Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 

He aquí, os lo he dicho antes.  Así que, si os dijeren: He aquí está en el desierto, no salgáis; he aquí está en los aposentos, no lo creáis."¹

Eso es lo que está pasando hoy. Nos rodean de ideologías, filosofías de hombres dogmáticas e intransigente, que cancelan la verdad revelada por Dios y promueven el plan del adversario engañando, si fuere posible, aun a los escogidos. 

El mundo es un gran desierto donde jamás hallaremos a Jesús para salvarnos.

(1) Mateo 24:14,21-26

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