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Mostrando entradas de junio, 2025

NEGAR EL 𝘠𝘖

Centrar la vida en uno mismo es perderla. No se trata de egoísmo, una debilidad que ha sido compañera de la humanidad desde sus principios. Tampoco se trata de falta de altruismo, aunque el egocentrismo sea coadyuvante de esa falta de amor que genera. Poner el 𝘺𝘰 en primer lugar -y por encima de todo- lleva paradojalmente a perder la verdadera identidad. En otras palabras, a desnaturalizar al hombre. Empecemos por lo más elemental. Cuando uno se pone en el vértice de la realidad, cuando uno siente que nada existe por encima de uno ni nada que le condicione, es entonces que se visualiza como su propio creador, sustituyendo a Dios y, consecuentemente, la fuente de la cual abrevar la moral que le permita distinguir el bien del mal. Esto ya es, de por sí,  gravísimo. Porque el hombre se convierte así en juez y parte. Conforma su propio sentido del bien y el mal y  -renegando de Dios- trata de usurpar Su divina posición. De esta forma, en un proceso que ha durado décadas, comenza...

EVITEMOS EL ENGAÑO

Hablando de nuestros días, el Salvador habló a Sus discípulos como si estuviera haciéndolo a nosotros mismos en persona. La lectura de Sus palabras puede encararse no sólo como una advertencia respecto de la multiplicidad de creencias religiosas que abundarían en estos días.  Sus palabras pueden extenderse a los mesianismos modernos de nuestros días, sean credos, ideologías o filosofías de hombres. "Y muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.  Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos.  Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará... ...porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá."¹ Esos falsos profetas a los que refiere la escritura bien pueden referirse a predicadores qué buscan lucro como también a todos quienes, mediante artículos y mucha palabrería, se presentan ante el mundo como "salvadores" portadores ...

DONDE EXISTE ORDEN, EXISTE UN ORDENADOR

Es evidente que existe un orden en la Naturaleza y en la vida. Todo se rige por leyes. Leyes que los hombres catalogan según las distintas disciplinas de la Ciencia, pero leyes al fin.  Determinadas condiciones conforman determinadas consecuencias. Aún el caos tienes sus leyes, aunque no las hayamos descubierto. Tal vez por eso el caos nos resulte indeseable. Las leyes resultan inmutables. Algunas parecen cambiar pero lo que cambia es su entorno de aplicación. Otras caducan pues no son más que erradas deducciones humanas intentando interpretar la realidad. Hay tantas leyes; más aún si consideramos las que todavía no se han descubierto. Impresionan como infinitas, así como resulta infinito el espacio que alberga la materia y la energía, a pesar de algunas "teorías" que hablan de un espacio finito y cerrado. Pero volvamos al orden existente en el Universo que percibimos.  Hagamos la siguiente consideración: Supongamos que tenemos 100 bolillas numeradas consecutivamente que se v...