RESILIENCIA EN EL EVANGELIO
En Física, la resiliencia es una propiedad ligada a la capacidad de memoria de un material para recuperarse de una deformación, producto de un esfuerzo externo.1
Este concepto de recuperarse de un apartamiento de la condición natural del material, se puede extender al carácter de las personas. Se habla de resiliencia personal, cuando uno es capaz de sobreponerse a situaciones de desequilibrio vital, ya sea primordialmente desde un punto de vista emocional como de la voluntad de vencer obstáculos y adversidades de la más variada naturaleza.
En un sentido espiritual, podríamos decir que la oposición que enfrentamos en todas las cosas "2, así como los pecados o transgresiones en que caemos por causa de nuestras debilidades humanas, constituyen los esfuerzos que provocan las "deformaciones" en nuestras vidas, esas situaciones que nos apartan del "gozo para el cual fuimos creados"3, y causan desequilibrios emocionales o consecuencias adversas para nuestro progreso.
Nuestro potencial para desarrollar la memoria necesaria para recuperarnos -que a diferencia de los materiales tangibles puede cambiar y acrecentarse con el tiempo- básicamente dependen de nuestra voluntad de ejercer la fe en Jesucristo necesaria para superar nuestras debilidades, y en nuestro grado de arrepentimiento sincero para limpiarnos de nuestros pecados.
La resistencia no resulta de observar una conducra rígida para implementar cambios en nuestras vidas, fanática o sufrida y resignada o en buscar quedarnos siempre en nuestra zona de confort para evitarnos problemas que enfrentar.
Resistir la adversidad y las tentaciones significa desarrollar una capacidad de resiliencia frente a la oposición, a las oportunidades de violar los mandamientos y a nuestra naturaleza carnal, ese hombre natural que todos llevamos dentro de nuestro ser.
No son los árboles rígidos los que vencen a los vientos intempestivas, sino los que los enfrentan con elasticidad, inclinándose ante la fuerza oponente, pero nunca doblegándose al punto de quebrarse, recuperando siempre su posicion vertical al cesar el empuje de los vientos.
Para ello, necesitan también estar con sus raíces firmemente implantadas en el suelo.
Así tambien acontece con aquellos hombres y mujeres que tienen sus raíces firmemente implantadas en el suelo fértil del Evangelio, en las enseñanzas y en el ejemplo impecable de Jesucristo.
Estos hijos de Dios desarrollan durante su crescimento espiritual, la resiliencia para mantenerse -como nos pide el Presidente Russell M. Nelson- "en el camino de los convenios."4. que buscamos para vencer en la vida los desafíos que debemos enfrentar y las circunstancias en los que nos envuelven nuestras debilidades, se alcanza a través del deseo de ser "imitadores de Dios como hijos amados"5, de "fortale(cernos) en el Señor, y en la fuerza de su poder. [De] vest(irnos) de toda la armadura de Dios, para que pod(er) estar firmes contra las asechanzas del diablo... [De] toma(r) toda la armadura de Dios, para que pod(amos) resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes...ceñidos (n)uestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
Y calzados los pies con la preparación del evangelio de paz; sobre todo, toma(ando) el escudo de la fe, con el que pod(amos) apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y toma[ndo) el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia..."6
En esto consiste la capacidad de desarrollar resiliencia en el Evangelio. A ello debe agregarse la asistencia regular a la Casa del Señor y absorber esa experiencia en cada poro de nuestro ser.7
(1) Wikipedia
(2) ver 2 Nefi 2:11
(3) 2 Nefi 2:25
(4) "Al avanzar juntos", mensaje pronunciado en la presentación de la Primera Presidencia el 16 de enero de 2018, en Salt Lake City
(5) Efesios 5:1
(6) Efesios 6:10-18
(7) Ver "Céntrense en el Templo", Presidente Russell M. Nelson, Conferencia Gral. octubre 2022
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