EL SIMBOLISMO EN LAS ESCRITURAS

El libro de Génesis es altamente simbólico. Para una persona formada bajo la influencia de la cultura occidental que hoy rige el devenir de la sociedad, la interpretación literal de su contenido le lleva al desconcierto o la incredulidad.

Distintos elementos del texto, particularmente en lo que refiere a la Creación, resultan difíciles de aceptar o entender (repito: desde una perspectiva textual) para el hombre contemporáneo sumido en esa mezcla de racionalidad, incredulidad, subjetividad y relativismo moral que caracterizan esta época presente.

Obviamente se requiere de mucha fe -cualidad que se espera del creyente- para aceptar siquiera su propia interpretación de lo que se describe en las primeras páginas de la Biblia.

¿Un jardín de Edén? ¿Un árbol de cuyo fruto se puede recibir la sabiduría para distinguir el bien del mal? ¿Un varón creado del polvo de la tierra y una mujer creada a partir de la costilla de ese varón? ¿Seres originalmente eternos que luego de probar aquel fruto se vuelven mortales?¿Una serpiente que habla, y luego de maldecida por Dios, se ve condenada a arrastrarse sobre la tierra y comer polvo todos los días de su vida?

¿Un Dios que antes de la Creación se encontraba eternamente solitario -al punto de considerársele la Primera Causa por gran parte de la cristiandad- que habla en plural y que se dice a sí mismo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza"¹?

Podríamos continuar señalando muchas otras citas por el estilo. 

La conclusión es que si hemos de aceptar las Escrituras como palabra verdadera, revelada por un Dios que sí existe, hemos de aceptar que mucho de lo revelado tiene un carácter simbólico. Un carácter simbólico que no necesariamente queda permanentemente oculto del entendimiento, pero sí exige del lector pagar un precio por su comprensión, aunque sea una comprensión parcial.

Cuando los discípulos preguntaron a Jesús porqué enseñaba por parábolas, Sus palabras dejan entrever que es necesario que, quien las escudriñe, busque entendimiento por un poder que va más allá de su capacidad humana.

 "Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 

De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:De oído oiréis, y no entenderéis;y viendo veréis, y no percibiréis.  Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,y con los oídos oyen pesadamente,y han cerrado sus ojos,no sea que vean con los ojos,y oigan con los oídos,y entiendan con el corazón,y se conviertan,y yo los sane. 

Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen."²

Ciertamente se necesita de un desarrollo espiritual y de la guía del Espiritu Santo para llegar a conocer la plenitud del Evangelio y su simbolismo -donde se encuentre en las Escrituras- pues se requiere de humildad y buena disposición para recibir la Palabra.

A esto se refería el Salvador cuando les prometió a Sus discípulos antes de padecer el Sacrificio Expiatorio:

"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros."³

Por esto pudo afirmar también: "Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."⁴

El incrédulo hallará  de mil maneras las Escrituras como falsas o locas . Pero, como asimismo afirmó Jesús "todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá"⁵; en particular, respecto del entendimiento de la doctrina y las enseñanzas de las Escrituras.

Porque -como testificó Pedro- "entendiendo primero esto: que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque la profecía nunca fue dada por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo"⁶.

Como enseña la parábola de las Diez Vírgenes, nadie puede transitar por la vida con《luz prestada》.

Cabe a cada uno de nosotros buscar personalmente el entendimiento mejor, a través del escudriñar las Escrituras⁷, que le haga progresar en su sincera búsqueda de la vida eterna.


(1) Génesis 1:26

(2) Mateo 13:13-16

(3) Juan 14:16-17

(4) Juan 8:31-32

(5) Mateo 7:8

(6) 2 Pedro 1:20-21

(7) Véase Juan 5:39

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