¡CADA PASO IMPORTA!

Recientemente descargué una foto de Internet donde, sobre las blandas arenas de una solitaria playa, se observaban las huellas dejadas por un ignoto caminante que ya se había perdido en el horizonte.

Fijando mi vista sobre ese sendero de huellas que con el tiempo terminarían desapareciendo, reflexioné sobre el hecho de que nuestra vida es como una inmensa y  vasta playa donde, a medida que pasan los días, las semanas, los meses y los años, cada decisión que tomamos va dejando una huella. La suma de esas huellas nos lleva a nuestro destino final.

Cada decisión es un paso que damos en nuestro viaje por la vida. 

Existen decisiones que nos lleva tiempo tomar. Otras sólo un instante. Algunas toman cuerpo después de reflexionar y otras surgen de hábitos adquiridos.

Algunas son hijas de la improvisación, de impulsos súbitos que nos asaltan impelidos por deseos o pasiones aparentemente irrefrenables. Otras resultan de seguir consejos que recibimos de amigos, de las redes sociales o de quienes pretenden ser nuestros socios en aventuras de dudosa reputación.

Algunas decisiones son guiadas por nuestro sentido común, por nuestras experiencias anteriores o por las enseñanzas que hemos ido absorbiendo a lo largo de la vida.

También pueden ser frutos del solaz que experimentamos, de nuestros miedos y angustias, del gozo o los placeres que disfrutamos.

Hay decisiones que provienen de fuentes más profundas y eternas: inspiración de lo alto, respuesta a nuestras sinceras oraciones, revelaciones que recibimos o escudriñamos en las Escrituras, o susurros suaves del Espíritu Santo hablando paz a nuestra mente y corazón.

Cada una de esas decisiones es un paso que damos en la inmensidad de las arenas en la playa de nuestra existencia. 

Cada paso es importante. Esa serie de pasos terminará por conducirnos a donde habremos de pasar nuestra eternidad.

El presidente Russell M. Nelson nos ha señalado la importancia trascendental de tomar nuestras decisiones con sabiduría. Sabiduría que trasciende nuestra capacidad y nos viene de la gracia infinita de un Salvador que experimentó un Sacrificio infinito para ayudarnos a mantener nuestros pasos enderezados en un rumbo seguro.

Él presidente Nelson nos ha invitado a reflexionar sobre nuestros decisiones en este sentido:

"En mi primer mensaje como Presidente de la Iglesia, los alenté a comenzar con el fin en mente. Esto significa hacer del Reino Celestial su meta eterna y luego pensar detenidamente a dónde los llevará en el mundo venidero cada una de las decisiones que tomen mientras estén aquí en la tierra...

Por lo tanto, mis queridos hermanos y hermanas, ¿cómo, dónde y con quién quieren vivir ustedes para siempre? Ustedes eligen."¹

Por ello, ¡𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘢𝘴𝘰 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢!


(1) Presidente Russell M. Nelson, ¡Piensen de manera celestial!, Conf. Gral.  octubre 2023

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