LUZ Y PAZ
No es fácil eludir el significado de estas fechas de fin de año que estamos viviendo.
La Navidad se coloca en el centro de las preocupaciones de gran parte de las sociedades occidentales, sea por las razones que fuere.
Si me tocase decidir que aspecto de la Navidad resulta más representativo de dicha festividad, más allá del hecho de lo que se recuerda -el nacimiento de Jesús, el Salvador- diría que el villancico "Noche de Luz" es el que más me toca el corazón.
Compuesto por Joseph Mohr (1792–1848) con música de Franz Xaver Gruber (1787–1863), la letra de la canción despliega la esencia del ministerio terrenal de Cristo y testifica a nuestras almas de su presencia infinita y atemporal. Lo hace con una cadencia poética y musical que enternece el corazón.
"𝘕𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘶𝘻, 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘻; 𝘳𝘦𝘪𝘯𝘢 𝘺𝘢 𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘢𝘻 𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘯𝘪ñ𝘰 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵á, 𝘮𝘦𝘯𝘴𝘢𝘫𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥. 𝘋𝘶𝘦𝘳𝘮𝘦, 𝘯𝘪ñ𝘰, 𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘻; 𝘥𝘶𝘦𝘳𝘮𝘦, 𝘯𝘪ñ𝘰, 𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘻.
"𝘕𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘶𝘻, 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘻; 𝘢𝘭 𝘱𝘢𝘴𝘵𝘰𝘳 𝘮𝘰𝘴𝘵𝘳𝘢𝘳á𝘴 𝘭𝘶𝘻 𝘤𝘦𝘭𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘯𝘪𝘵𝘶𝘥, 𝘴𝘢𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘯𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘢𝘭𝘶𝘥. 𝘏𝘰𝘺 𝘯𝘢𝘤𝘪ó 𝘦𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳; 𝘩𝘰𝘺 𝘯𝘢𝘤𝘪ñ 𝘦𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳.
"𝘕𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘶𝘻, 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘻; 𝘝𝘦𝘥 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘻 𝘥𝘦 𝘚𝘶 𝘧𝘢𝘻. 𝘌𝘴 𝘦𝘭 𝘢𝘭𝘣𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘥𝘦𝘯𝘤𝘪ó𝘯; 𝘋𝘪𝘰𝘴, 𝘱𝘰𝘳 É𝘭, 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘢𝘳á 𝘴𝘢𝘭𝘷𝘢𝘤𝘪ó𝘯. ¡𝘖𝘩 𝘣𝘦𝘯𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘑𝘦𝘴ú𝘴! ¡𝘖𝘩 𝘣𝘦𝘯𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘑𝘦𝘴ú𝘴!"
La frase "𝘕𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘶𝘻, 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘻!" que se repite en cada estrofa nos recuerda que Jesús es la fuente de verdad y sabiduría que el mundo necesita para ver y entender el propósito de su existencia terrenal y su naturaleza eterna. Él es la LUZ del mundo.
Por otro lado, nos muestra el camino a la felicidad plena y el fruto obtenido al dejar nuestra voluntad ser absorbida en la Suya. Ese fruto es la PAZ que de Él emana e inunda nuestras almas.
Sirmpre el mundo ha necesitado de esa paz. Cuando hoy "(oímos) de guerras y rumores de guerras"¹, cuando comprobamos a diario que la maldad se ha multiplicado y el amor de muchos se ha enfriado², no es difícil darse cuenta de cuánta necesidad tenemos de esa paz que Cristo nos da; esa paz de la cual Él dijo: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo."³
De manera que, al reunirnos en familia esta Navidad, al meditar en soledad o acompañados por nuestros seres amados, busquemos esa LUZ que alumbra las vidas con esplendor inefable, y esa PAZ que, aunque el mundo la haya perdido, nosotros podemos atesorarla con gratitud en nuestros corazones, recordando al Dador de toda esa gracia, y tomándole por nuestro Maestro y Sanador.
¡FELIZ NAVIDAD para todos!
(1) Mateo 24:6
(2) Véase Mateo 24:12
(3) Juan 14:27
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