¿CUÁNTO IMPORTAN NUESTROS ZAPATOS?
Existe un viejo adagio que reza: "𝘕𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘢𝘳 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘦𝘭 𝘣𝘢𝘳𝘳𝘰 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘯𝘴𝘶𝘤𝘪𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘻𝘢𝘱𝘢𝘵𝘰𝘴". Producto de la sabiduría popular, esta sentencia -aunque obvia- tiene profundas implicancias cuando se trata de escoger entre el bien y el mal. La moral cristiana -tantas veces denostada como moralina por quienes se aferran en justificar el desenfreno de sus pasiones- tiene por objeto guiar al hombre por el camino de Dios, apartado de los senderos que ensucian el alma y con el propósito de brindar gozo en la vida. En términos bíblicos, a menudo los caminos que ensucian el alma se asocian con el término 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰. La enseñanza de aquel adagio es clara. Cuando se quiere 𝘢𝘨𝘳𝘢𝘥𝘢𝘳 𝘢 𝘋𝘪𝘰𝘴 no se puede seguir Su voluntad y condescender con las costumbres del mundo al mismo tiempo. Otra máxima muy conocida advierte que "𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘦𝘴 𝘱𝘳𝘦𝘷𝘦𝘯𝘪𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘶𝘳𝘢𝘳". Esto encierra sabiduría también,...