LA VERDAD PREVALECERÁ

Se dice que cuando una persona se pone una máscara sobre su rostro, al punto de no ser posible reconocerla, es entonces que se revela su verdadera identidad.

El anonimato ofrece a muchos ka ventaja de decir y hacer lo que no se atrevería a decir o hacer a cara descubierta.

La peor de las máscaras es la mentira que, a través del engaño, busca aprovecharse del prójimo buscando fines que se esconden tras una sonrisa, un acuerdo simulado o promesas que no se tiene la intención de cumplir.

Vivimos tiempos difíciles, no tanto por los antivalores que tanto se propalan sino por su difusión masiva, su popularidad y la avanzada tecnología que potencia sus efectos.

Ya no se trata de la invención de armas sofisticadas que podrían destruir la Humanidad -intencionalmente o por error- sino de armas que destruyen al ser humano por dentro, quitándole subrepticiamente su libertad, sumiéndolo en inmoralidades que nuestros antepasados no hubieran dudado en condenar,  privándolo del gozo de vivir en paz y felicidad. Existe hoy un afán por desacralizar las sociedades, combatir los valores cristianos que han sentando las bases del propósito real de la existencia humana.

La peor de las armas es precisamente la máscara con que se visten los falsos "profetas" de la vida que, como "lobos disfrazados de ovejas"¹ azusan grietas, desvían a los hombres "al desierto"² del fanatismo, de la desesperación o del hedonismo³; se los llevan en pos de consumismos inconducentes  que, bajo la inocente propuesta de entretener o hacer popular, normalizan valores que deshumanizan al hombre.

 La ignorancia se promueve a través de principios que "teniendo apariencia de piedad, niegan la eficacia de ella"⁴. Enseñanzas que promueven neo-derechos que lisonjean el alma de las personas y les hacen creer que los empoderaran, cuando no hacen otra cosa que promover pasiones desenfrenadas que destruyen la familia, descarrian los hijos y ponen en tela de juicio la naturaleza misma del hombre como hijo de Dios, con todo el potencial infinito de valor que significa haber sido "creados a  imagen y semejanza de Dios"⁵.

La máscara engaña. La ignorancia manipula y controla las masas. El ministerio del mal destruye.

Seamos, sin embargo, optimistas. Sigamos el consejo de líderes verdaderamente sabios que, siguiendo el camino que marcó el Salvador del mundo, "creen en Dios [y tienen] la firme esperanza de un mundo mejor"⁶. 

En un mensaje dirigido al mundo, el presidente Gordon B. Hinckley afirmó:

"Soy optimista en lo que concierne a la obra del Señor. Por supuesto que me doy cuenta de que en el mundo nos rodean muchos problemas graves. He estado en lugares donde la guerra causa estragos y el odio arde en el corazón de la gente; he visto con gran preocupación cómo se han ido derrumbando los principios morales de nuestra sociedad. Pero aún así, soy optimista, porque tengo una fe firme y absoluta en que la justicia triunfará y la verdad prevalecerá."⁷

(1) Mateo 7:15

(2) Mateo 24:26

(3) O sea la "teoría que establece el placer como fin y fundamento de la vida". (RAE)

(4) 2 Timoteo 3:5

(5) Génesis 1:26

(6) Eter 13:4

(7) Revista Liahona, febrero 2005, adaptado del artículo “No temas, cree solamente”, publicado en la misma revista en mayo de 1996, págs. 2–7.