DOS PERSPECTIVAS

Es indudablemente que viviendo los Últimos Días previos a la Segunda Venida de Jesucristo y el establecimiento de Su reino milenario sobre la Tierra.
El propio Señor advirtió en tiempos de su ministerio terrenal:
"De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca.Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas."¹
Es indudable que las señales de su Segunda Venida se están manifestando cada vez más intensa y frecuentemente.
El propio Señor ha advertido en esta Dispensación:
"Porque los he tolerado hasta ahora para que llegue al colmo la medida de sus iniquidades y se llene su copa..."²
Este colmo de las iniquidades se manifiesta patentemente en la creciente medida en que muchas creencias, filosofías, relatos e ideologías, se han convertido en verdaderas pseudo-religiones dogmáticas que, utilizando las artimañas de error y a base de una elaborada estrategia a través de los medios de difusión y grupos de presión, han logrado enquistarse en el alma de muchos de los hijos e hijas de Dios de estos Últimos Días.
Citaré algunos casos, a manera de ejemplo, no de manera exhaustiva, que demuestran las argucias y ataques a los principios básicos del Evangelio Restaurado, mostrando -por otro lado- las verdades eternas reveladas por el Señor respecto de esas doctrinas falaces.
La autopercepción
Se nos enseña que la búsqueda de la verdad, en tanto se exalta el relativismo moral, se canaliza a través de la "autopercepcion", con lo cual cada quien tiene derecho a creerse y sentirse lo que quiere ser; y ello construye su verdadera identidad y, lo que quiere creer, eso constituye la verdad.
Así, se introduce el concepto de género como construcción cultural, en contraposición al principio del sexo biológico, contradiciendo los hechos de la ciencia genética y la inalterabilidad de la constitución de nuestro ADN.
Por tanto, se afirma que si alguien se percibe de un género distinto a su naturaleza biológica, así se lo debe tratar, y en muchos lugares, no hacerlo constituye un delito.
El Señor, en cambio, nos ha revelado que "(e)l ser hombre o el ser mujer es una característica esencial de la identidad y del propósito premortales, mortales y eternos de la persona."³
El relato
Hasta hace unas décadas, las sociedades estaban ávidas por descubrir verdades a traves del raciocinio.
Después de la revolución Industrial, con el avance científico y el abandono de ciertos dogmas errados basados en falsas interpretaciones de las Escrituras, Dios dejó de ser la fuente de toda verdad para las sociedades occidentales. El centro de la existencia se ubicó en el hombre. El Humanismo desplazó a Dios y lo sustituyó por Su creación: el ser humano.
El método para buscar la verdad se desplazó desde la fe hacia el raciocinio, y ello trajo, en el campo del conocimiento científico, notables progresos que favorecieron a la Humanidad sin desmedro de quienes siguieron ejerciendo su fe, pues muchos notables científicos continuaron siendo creyentes.
Pero llegó la Posmodernidad, con su bagaje de redes sociales, relatos y posverdades.
La RAE define la posverdad en estos términos:
"Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad."
Hoy en día, muchas proclamas, que se creen a pie juntillas, no son más que relatos y posverdades en las que sus seguidores quieren creer, antes que analizar de manera crítica y racional la veracidad de su mensaje.
El Señor, en cambio, nos ha advertido que en estos Últimos Días, muchos "(n)o busca(rán) al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda(rá) por su propio camino, y en pos de la imagen de su propi(a) [verdad]..."⁴
Eufemismos y fake news
Entrelazados como hermanos, estas dos herramientas comunicacionales promueven y diseminan la confusión y el engaño.
Según la RAE, el eufemismo es una "manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante."
Así, conceptos que en un tiempo fueron rechazables, se han ido colando en el colectivo inconsciente como valores naturales y derechos inalienables, al ser llamados con nombres altruistas o políticamente correctos .
Baste unos pocos ejemplos ya mencionados en otras oportunidades: "salud reproductiva" en lugar de "aborto", "uso recreativo de sustancias noscivas" en lugar de "drogadicción", "doctrina de la cancelación" en lugar de "censura" , y así sucesivamente.
Las fake news lisa y llanamente mienten, pero su difusión masiva y malintencionada les otorga falsa validez por su apariencia de opinión mayoritaria.
El Señor, en cambio, nos ha amonestado contra los que "a lo malo llaman bueno, y a lo bueno, malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!"⁵
La Familia
Otro flanco muy atacado es la familia, baluarte y epicentro de la formación moral, cultural y ciudadana de las sociedades.
Con la aceptación de las innumerables "estructuras familiares" propuestas hoy en día como alternativas a lo que ahora se distingue como "la familia tradicional" -cuestionada, denigrada y perseguida- los sociólogos modernos han adoptado una nueva definición para lo que es una familia: es una unidad de afecto.
Al hacerlo, le quitan su natural valor formativo de individuos, su naturaleza educativa de valores, su papel preponderante en la formación de generaciones honestas, trabajadoras y productivas, despojándola al mismo tiempo, de su estructura tradicional y confundiendo afecto con amor.
El Señor, en cambio, es enfático cuando en la Proclama hace declarar:
"...el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos....
El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y de cuidarse el uno al otro, así como a sus hijos... Los padres tienen el deber sagrado de criar a sus hijos con amor y rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, y de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, a observar los mandamientos de Dios y a ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan. Los esposos y las esposas, las madres y los padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones. La familia es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno. Los hijos merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad."⁶
El consejo del Señor es éste:
"Por tanto, cuid(émonos) a fin de que no (n)os engañen; y para que no se(amos) engañados, bus(quemos) diligentemente los mejores dones, recordando siempre para qué son dados; porque de cierto os digo, que se dan para el beneficio de los que... aman [a Dios] y guardan todos [Sus] mandamientos, y de los que procuran hacerlo; para que se beneficien todos los que [le] buscan o [le] piden..."⁷
(1) Mateo 24:32-33
(2) Doctrina y Convenios 10:3
(3) La Familia. Una Proclamación para el Mundo
(4) Doctrina y Convenios 1:16
(5) Isaías 5:20
(6) La Familia. Una Proclamación para el Mundo
(7) Doctrina y Convenios 46:8-9

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