AMAR HASTA QUE DUELA

"Amar hasta que duela". Esta frase fue pronunciada por una de las personas más influyentes del siglo XX que, sin embargo, hoy es poco recordada. Quizás porque su odisea por la vida no consistió en buscar el poder, torcer caminos o enriquecerse a costa de la miseria de muchos.

Todo lo contrario, la vida de la Madre Teresa de Calcuta fue signada por el servicio abnegado, el interés por las más desposeídos y olvidados, la lucha por influir en las sociedades para que se despojaran del egoísmo que las rige, y prestaran auxilio a los olvidados del mundo.

Luchó por dar una vida digna a los desahuciados de enfermedades incurables, a quienes padecían la muerte en vida y no tenían por tesoro mayor nada más que el aire que respiraban.

Autoridad no le faltaba a la Madre Teresa para decir: “Hay que amar hasta que duela".

Milenios antes, y en un paralelo que la sobrepuja sin quitarle mérito, Jesús, hijo de Dios, pero hombre de carne y huesos también, entregó su vida literalmente y en los hechos al servicio de la Humanidad.

Sus enseñanzas están en armonía con el principio permanente del Amor. En verdad, Él amó más allá aún del dolor: amó hasta la muerte, y amó en su resurrección.

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos."1

"Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?"2

"Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen..."3

El Amor es la base que sustenta todo. Y cuando se dice "todo", debe entenderse que el Amor está en el fundamento mismo de nuestra existencia, de nuestra esperanza, de nuestra fuerza y de nuestro futuro eterno.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna."4

Porque es sobre el Amor que "dependen toda la ley y los profetas"5.

Del Amor dependen los fundamentos del Plan de Dios para con Sus hijos; y del Amor depende, en definitiva, el propósito verdadero y la felicidad duradera de los hombres.

Del Amor depende un matrimonio exitoso:

" Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella y a ninguna otra."6

No existe mayor Amor que el de Jesús. Pablo, al hablar de la caridad -que es "el amor puro de Cristo"7- dice:

"La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no se jacta, no se envanece;

"no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;

"no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad;

"todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

"La caridad nunca deja de ser..."8

Sentir amor tiene su precio. Magnificarlo debe trascender el dolor. Como muchas veces se ha señalado, implica abandonar la zona de confort y entregarse sin condiciones al objeto amado.

Pero ése es el camino que nos marcó Jesús, con Su prédica, con Su ejemplo, con Su ruego.

"Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros."9

Hoy el mundo se encuentra al pie de una guerra de consecuencias impredecibles, cediendo al influjo de quien "irrita los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros."10

Tan sólo el Amor puede evitar esa tragedia haciendo ceder al odio, a las ansias de injusto dominio, al mal inundando el corazón de algunos hombres poderosos.

Pero se debe aprender a "amar hasta que duela", siguiendo el ejemplo del Salvador.

(1) Juan 15:13

(2) Mateo 5:46

(3) Mateo 5:44

(4) Juan 3:16

(5) Véase Mateo 22:36-40

(6) Doctrina y Convenios 42:22

(7) Moroni 7:47

(8) 1 Corintio 13:4-8

(9) Juan 13:34

(10) 3 Nefi 11:29

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