EL MENSAJE

No pretendo ser original en el mensaje que sigue.

No lo seré porque el mensaje ha sido pregonado desde los cuatro cabos de la tierra desde tiempos inmemoriales

No lo seré porque -desde siempre- la historia de las innumerables huestes de familias que alcanzaron la felicidad a pesar de las vicisitudes de la vida, ha demostrado cuál es el camino para lograr esa felicidad, y la paz en medio de las turbulencias que les rodeaban.

No lo seré porque siendo el mensaje más importante de todos los tiempos, el tiempo presente -de pandemias, guerras y rumores de guerras, inestabilidades y cambios que aunque se disfrazan de progreso, vuelven a promover conductas que no son nuevas para las sociedades- impone renovar nuestro esfuerzo y alzar la voz para compartirlo hasta los confines de la Tierra.

Pero testifico de la veracidad de ese mensaje, y del dulce fruto que deviene de esforzarnos por vivirlo.

No haré otra cosa que expresarlo textualmente, porque su contenido habla por sí mismo, con poder irrefutable. Porque nada es más trascendental para nuestro presente y futuro.

"VENID A CRISTO... Y PERMANECED EN LUGARES SANTOS".

Hoy es el tiempo para hacer de nuestros hogares un lugar santo.

Hoy es el tiempo para hacer de nuestros corazones un lugar santo.

Hoy es el tiempo de vivir de manera que estemos donde estemos, hagamos de ese lugar un lugar santo.

Hoy es el tiempo de venir a Cristo y transitar por la vida en Su compañía.

Porque Él es "el camino, la verdad y la vida".

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