EN MEDIO DE LA CONFUSIÓN

 ¿Cómo es posible que siendo Dios un Dios de orden, existan tantos credos, organizaciones e ideologías que enseñen "sus verdades" y rechacen lo que las otras enseñan?

¿Cómo es posible que Dios permita que convivan tantas creencias y filosofías, aun al punto que unas nada tengan en común con las otras y, sin embargo, todas reclamen la propiedad de la verdad en exclusiva? Porque aún negar que la verdad absoluta existe es afirmar una verdad absoluta. ¡Vaya paradoja!

¿Cómo se explica tamaña confusión?

La búsqueda de la verdad se asemeja al caso del hombre que visitó a un famoso oftalmólogo en busca del par de lentes que le permitiesen ver la realidad tal cual es.

Una vez en el consultorio, el especialista desplegó ante sus ojos una mesa interminable sobre la cual reposaban miles de anteojos. Los había de toda clase, color y formas.

-Escoge el que quieras- le dijo el profesional.

- ¿Cualquiera?

-Sí- respondió el oftalmólogo. -Eres libre de escoger el par de lentes que desees.

-Pero entonces, ¿podré ver la realidad tal cual es?

--Sin duda.

El hombre trató de mirar todos los lentes a la ve; lo cual, desde luego, le resultó imposible.

- ¿Y cuánto me costará?

- Absolutamente nada. Es gratis.

Sorprendido y estimulado por la respuesta, luego de tomarse su tiempo, escogió un par que era el que más parecía gustarle.

Se los puso.

-¿Así es la realidad?- preguntó.

- Sí- contestó el oculista, agregando: -¡Y puedes canjear los lentes sin costo cuando quieras!

El hombre agradeció al oftalmólogo y se retiró feliz de haber encontrado lo que buscaba.

No lejos de ahí, otro hombre se entrevistó con quien también ofrecía ayudar a conocer la realidad tal cual es. Pero aquel oferente sólo tenía un modelo de lentes.

Al consultar por el precio, la respuesta fue que debería comprometerse a ceñir su vida a la voluntad de quien se los había de suministrar.

-Serás mi discípulo y harás las cosas que me veas hacer.

-Parece un precio excesivo- dijo el otro hombre.

- No temas... cree solamente. Al usarlos, irás aprendiendo a conocer como las cosas son de a poco, línea por línea, aspecto por aspecto. Pero si te aferras a tu compromiso, yo te ayudaré y lo lograrás.

......

Todos buscamos conocer la verdad, la realidad de las cosas. Estamos rodeados de dogmas y promesas de felicidad y redención, al tiempo que parecen existir tantas realidades y verdades como observadores en busca de respuestas.

La cuestión es que razonamos en base a lo que percibimos, quedando a merced de concepciones que los hombres han creado por las más variadas razones; incluso algunas negando que exista una realidad única, que la realidad es una construcción subjetiva, personal

Así, de alguna manera, quedamos sujetos a nuestras experiencias y raciocinios, como atrapados por todo aquello que deviene de los lentes que escogimos.

La verdad no se obtiene gratis. No se encuentra a la vuelta de la esquina con tan sólo elegir lo que más nos gusta.

Debemos buscar la fuente segura y pagar el precio por obtenerla.

Entonces se cumplirá la promesa hecha por Jesús:

"Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."1

(1) Juan 7:31-32

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