¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?

Uno de los pasajes más conocidos de las Escrituras se encuentra en La Perla de Gran Precio y reza así:

"Y estaba entre ellos uno que era semejante a Dios, y dijo a los que se hallaban con él: Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales y haremos una tierra sobre la cual estos puedan morar;

y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare..."1

La cita es rica en doctrina, y aporta mucha información acerca de la Creación y el estado premortal de los hijos de Dios.

Sobresale entre sus palabras la frase "y con esto los probaremos", dando a entender el propósito que movió a Dios para crear esta tierra y este universo donde moramos; y esta vida mortal que nos pertenece sólo por un breve lapso.

El vocablo "probaremos" resalta como el centro de ese propósito.

Una de las ideas que podrían venir a nuestra mente al reflexionar sobre el hecho de que al venir a esta tierra "seremos probados" es que tendremos que pasar por adversidades, desafíos, obstáculos y sufrimientos; los cuales el Padre permite que nos sobrevengan como parte de nuestro adiestramiento personal para llegar a la vida eterna.

No deja de ser razonable este enfoque puesto que, según les enseñó Lehi a sus hijos, "es preciso que haya una oposición en todas las cosas".2

El hecho de esforzarnos por guardar los mandamientos ciertamente no nos inmuniza contra a la oposición.

Pero, al reflexionar sobre la mencionada frase, debemos recalar en lo que el versículo afirma a continuación: "para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare".

Al leer estas palabras, nos viene a la mente la declaración del Salvador: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que a él le agrada."3

Y también: "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida..."4

La prueba de esta vida es aprender a "ha(cer) todas las cosas que el Señor [nuestro] Dios (nos) mandare".

Según las Escrituras, "existen los hombres para que tengan gozo"5 . Ese gozo no proviene de ser sometidos a toda clase de adversidades, desafíos, obstáculos y sufrimientos.

Jesús enseñó que "el que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada con él"6 . Sabemos que ello se hará básicamente a través del Espíritu Santo.

Pero es precisamente esta condición, la de vivir a través del Espíritu con el Padre y su Hijo, lo constituye el verdadero y mayor gozo de la vida.

Con ello, se entiende más cabalmente el propósito de nuestro estado mortal; y lo que debemos procurar para alcanzarlo.

(1) Abraham 3:24-25

(2) 2Nefi 2:11

(3) Juan 8:29

(4) Juan 10:17

(5) 2 Nefi 2:25

(6) Juan 14:23

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