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Mostrando entradas de marzo, 2022

PROTEGIENDO A LOS MÁS INOCENTES

"Siempre han existido aquellos que toman las cosas hermosas y las corrompen. Ha sucedido así con la naturaleza, también con la literatura, con el drama, con las artes y con certeza ha sucedido con la música." (Boyd K. Packer) Si la observación que señaló Boyd K. Packer hace ya más de 40 años resultaba inquietante, hoy refleja una realidad abrumadora. Esa infección desnaturalizante -la de corromper las cosas bellas de la vida- se encuentra ampliamente difundida y permea todos los ámbitos de la vida. El cine, la literatura, las artes en general, los medios culturales y noticiosos se han convertido en eficaces vehículos de promoción de valores que atentan contra los principios cristianos. No se trata de amordazar la libertad de expresión ni la artística, las cuales deben protegerse en su máxima expresión. Tampoco escandalizarse ante muchas manifestaciones culturales que se han popularizado y se oponen a los valores que defiende la cristiandad. Se trata tan sólo de la constatar

RESOLVIENDO CONTROVERSIAS

Piénsese en cualquier pregunta controversial. Una pregunta para la cual no se haya formulado una única respuesta. Una pregunta para la cual las diversas respuestas explicitadas por diversos agentes resulten antagónicas, aun irreconciliables. Piénsese en un asunto que despierte pasiones y disputas que lleguen a rozar la violencia, sea verbal o física. Piénsese en las veces que, persiguiendo una buena causa, hombres y mujeres han desarrollado, contra otros hombres y mujeres, enemistades y enconos irremediables. En fin, piénsese en todas las instancias que han dejado dolor y miserias entre las personas por el sólo hecho de pensar diferente; incluso cuando, existiendo acuerdo en cuanto al destino, se discrepa en cuanto al camino. ¿Cómo es posible que, después de tantos siglos de convivencia en un planeta que constituye nuestro único hogar viable, las personas aún no hayamos aprendido a vivir en paz, respetando al prójimo más allá de las diferencias? ¿Cómo es que no hemos aprendido, como h

Y, SIN EMBARGO, SE MUEVE

Pareciera que, de un tiempo a esta parte, cualquier idea puede someterse al escrutinio público y ser refrendada como verdad indiscutible una vez que la mayoria así lo apruebe. A los efectos de establecer un sistema de gobierno que permita la convivencia pacífica y el respeto a los derechos de los ciudadanos, la democracia representativa resulta la mejor opción. En ella, la mayoría escoge a quien dirigirá los intereses del país en un marco de respeto hacia toda la ciudadanía, la cual tiene su voz garantizada a través de sus representantes electos. De ahí a creer que este método puede generalizarse para la determinación de cuál es la verdad y dónde está el error, existe un gran abismo. Porque si así fuera, bastaría que la mayoría creyese que la Tierra es plana para que la Tierra fuese plana; o que la mayoría creyese que los marcianos sí existen, para verlos llegar en sus naves espaciales aterrizando en algún lugar del planeta. Aunque muchas cuestiones en debate se diluciden apelando a

HECHOS Y OPINIONES

En estos días es común escuchar a personas confundiendo hechos con opiniones. Toda afirmación acerca de la realidad necesita fundamentarse en hechos para alcanzar la validez de la argumentación que la promueve. De lo contrario, puede sostenerse que lo declarado es una mera opinión. En el plano secular, los hechos deben poder ser sometidos al escrutinio científico, por cuanto atañen al mundo material. Todo lo que escapa a esa categoría pertenece al mundo de las ideas, emociones o lo espiritual. Pareciera que, para muchas personas (sean ilustradas, bienintencionadas, íntegras o todo lo contrario), la pasión con la que defienden sus opiniones les hace creer que tienen el derecho a plantear sus pareceres como hechos comprobados. Algo así como que toman por verdadero aquello en lo que simplemente desean creer sin reparar que, a falta de corroboración objetiva, su "verdad" es tan válida de sostenerse como la de cualquier otra persona que opine diferente. Para colmo de males, su in

LA LLAVE PARA UN MATRIMONIO FELÍZ

Según Dallin H. Oaks, las razones por las que servimos a nuestros semejantes pueden agruparse en seis categorías, las cuales analiza en un orden creciente de valor. 1 Resaltando que "quizá ninguno de nosotros sirva ... todo el tiempo por un solo motivo [y que] dado que somos seres imperfectos, la mayoría de nosotros probablemente servimos por una combinación de razones", pasa a detallar esas seis razones: "Algunos quizá sirvan porque esperan ganar algo material ... por el afán de destacarse o cultivar amistad con personas por medio de las cuales podrían aumentar sus ganancias o enriquecerse. Otros tal vez lo hagan para conseguir los honores del mundo, distinción o poder." "Otra razón del prestar servicio- tal vez más digna que la primera, pero aun en la categoría del que se realiza por ganancia material-es la motivada por un deseo personal de contar con buenas compañías." Para el autor, "esos primeros dos motivos del servir son egoístas y egocéntrico

DIGNOS DE SER LLAMADOS CRISTIANOS

La verdadera batalla se libra en el corazón de los hombres. Pablo decía que " no tenemos lucha contra sangre y carne... " 1 , dando a entender que, por debajo de la violencia física que ha empañado la historia de la humanidad por las causas que fueren, se esconde -en definitiva- una lucha de valores, una lucha entre el bien y el mal. Este concepto cristiano de la historia humana seguramente no es compartido por algunos pensadores ajenos a ella, que no dudarían en calificarla de dogmática y no científica. Pero ésa no es la cuestión que deba ocupar la mente si asumimos nuestra condición de seguidores de Cristo. Lo que debe preocuparnos -como cristianos- es interpretar la realidad que percibimos a la luz de las enseñanzas de Jesús. De lo contrario, ¿qué clase de creyentes seríamos? Es indudable que hoy, en nuestra sociedad occidental, una parte creciente de ella prefiere seguir doctrinas que, revestidas de una dudosa o nula objetividad, resultan tanto más dogmáticas que el dogm

REFLEXIONES ACERCA DEL ABORTO

Confieso que no soy médico, ni biólogo ni genetista. Mis conocimientos acerca de esas áreas no pasan de lo que pueda haber aprendido en mi época de estudiante liceal, o la información que haya podido acumular en mi mente a lo largo de mi vida, a través de artículos de divulgación científica a nivel popular. Así y todo, entiendo que toda persona posee en las células de su organismo material genético, contenido en los 23 pares de cromosomas presentes en el núcleo de cada célula, el cual es propio del individuo y determina sus características, como el color de sus ojos, los rasgos de su cara, su grupo sanguíneo, su tipo de cabello, etc. Esos cromosomas son largas cadenas de moléculas que se dividen en segmentos, conteniendo cada uno de ellos información codificada que determina las características mencionadas más arriba. Al momento de la gestación del embrión en el seno materno, dos células se combinan: una aportada por el varón y otra por la mujer. Cada una de esas células tiene un con

LA APATÍA

Es característica del apático la impasibilidad del ánimo, la dejadez y una falta de vigor que lo lleva a la indiferencia frente a los desafíos de la vida. Quien sufre de apatía se sumerge en la indolencia. Trata de que su vida transcurra sin sobresaltos y sólo se siente seguro en su zona de confort, donde domina la escena y donde "cree" tener sus necesidades básicas ampliamente satisfechas. Su conducta refleja falta de emoción, de motivación y entusiasmo por lo que le rodea o las personas con quienes interactúa. La apatía es como una enfermedad crónica del alma. Puede ser muy contagiosa, sobretodo si uno no la previene. Siendo así las cosas, resulta conveniente evitarla, puesto que estanca el progreso personal y baña con un tinte de conformismo inconducente la vida de quien la padece. Todo lo contrario acontece cuando una persona presenta en su carácter ese dinamismo y pasión del que se siente protagonista de su vida; de aquél que se exige al máximo para alcanzar nuevos hori

VIVIMOS EN PELIGRO

Leer los medios de prensa puede terminar resultando una experiencia traumatizante. No vale la pena detenernos en el panorama que se nos presenta a través de la lectura de las noticias, de las visitas a las redes sociales o del vistazo que echemos a las ofertas de la industria del entretenimiento. Indudablemente existen cosas que rescatar. No todo es sombrío. Pero un mero análisis de los contenidos ofrecidos puede dar un panorama clarificador de cuánto ha cambiado -en muchos aspectos, retrocedido - el mundo en que vivimos. No se trata de ser pesimista. Se trata, ante todo, de conocer de primera mano la realidad y actuar en consecuencia. No es bueno cerrar los ojos, o buscarse una jaula de oro donde escapar de la realidad. Lo cierto es que vivimos en peligro. La prudencia es buena compañía. La prevención es mejor defensa que la reparación. Estar informados y pertrechados contra el caos que se cierne sobre nuestro presente nos asegura de manera más eficaz las probabilidades de alcanzar un

ÉTICA PERSONAL

Según lo define el diccionario, la ética es el "conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”. 1 Asimismo, también se denomina con ese término la "parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores". 1 De manera que la ética personal refiere al cuadro de valores morales a los cuales una persona ciñe su vida, pudiéndose tomar como su centro de referencia, lo que piensa acerca del bien y del mal. Todos tenemos una ética personal, en tanto somos seres racionales movidos por decisiones que tomamos basados en nuestro propio sistema de valores morales. Surgen, sin embargo, algunas preguntas sobre cuyas respuestas no se ha alcanzado consenso, y probablemente nunca se logre. ¿Como se determina qué es el bien y qué es el mal? ¿La conciencia del bien y del mal se adquiere, o nace en la propia persona a medida que madura? ¿Es una experiencia subjetiva basada en el interés personal o puede encontrarse con cierta

LA FAMILIA TRADICIONAL

Recientemente, en un reportaje publicado en uno de los medios de difusión más importantes del país, una reconocida socióloga se refería a la inminente desaparición de la familia tradicional; es decir, la compuesta por "mamá, papá, nene y nena", según la definía. Las estadísticas al respecto parecieran darle la razón. En nuestro país, que sigue las tendencias del resto de los países occidentales, el modelo de familia tradicional se encuentra por debajo del 30% de la composición de los hogares encuestados. Un 17% de los hogares está formado por parejas sin hijos y los hogares monoparentales conforman el 11%, de los cuales, en la mayoría de los casos, se trata de una familia con una mujer al frente de ella. Al tiempo que se oyen proclamar comentarios despectivos acerca del "perimido" modelo tradicional de familia, se exaltan otras estructuras familiares basadas en la libre unión, en el matrimonio igualitario e incluso en la promoción de las ventajas una vida en soleda

VER LO BUENO

A lo largo de mi vida profesional he tenido muchas veces la oportunidad de integrar grupos de trabajo. Por lo general, dichos grupos de trabajo se conformaban para encontrar solución a un problema, planear un curso de acción o tomar decisiones sobre cuestiones relevantes. A menudo pude constatar que, una vez puestos a trabajar, algunos integrantes de éstos dedicaban la mayor parte del tiempo a encontrar por qué determinada solución propuesta no era la correcta, en qué resultaba errado el curso de acción considerado o por qué era inconveniente tomar la decisión bajo análisis en lugar de sopesar tanto las ventajas como las desventajas de tal o cual cuestión. Parecía más fácil objetar que aportar, criticar que construir. He visto asimismo como algunas personas siempre ven el lado negativo de las cosas, como si su misión en la vida fuese detectar errores o carencias. A la hora de evaluar una experiencia o logro sólo se quedan con lo faltante, como si no lograr el cien por ciento de lo que

¿SER CRISTIANO?

Convengamos en que para la cristiandad existe un único Dios, al que profesa sentimientos de veneración y a cuya Voluntad se siente obligada a rendir obediencia. Ciertamente existen dentro de la cristiandad multitud de denominaciones que mantienen entre sí discrepancias doctrinarias y de autoridad, a pesar de tener un origen común en el ministerio y enseñanzas de Jesucristo. A pesar de la benevolencia y el amor que profesan a Dios y a la humanidad, esta dispersión de credos cristianos no ayuda a la valoración positiva de la religión cristiana, aun a pesar de los esfuerzos de los distintos credos por unir sus fuerzas en pos de la "evangelización" del mundo. Pero convengamos también que, más allá de las diferencias, existe un cúmulo de principios comunes a todos esos credos que teje la estructura de la cristiandad, y respecto del cual, no puede existir diversidad de interpretaciones. Entre otras cosas podrían citarse, por ejemplo, la sacralidad de la vida, el valor de la hon

LA IGNORANCIA

No existe peor ignorancia que la del que encubre su propia ignorancia en la soberbia de creer que ya no necesita adquirir nuevos conocimientos; porque cree saber lo suficiente como para no necesitar saber más. Sin dudas, no existe peor sordo que el que no quiere oír. Existe otra forma de ignorancia aún más dañina que es la de aquél que, no satisfecho con su soberbia, rehúye siquiera cuestionar lo que cree al tiempo que persigue a quienes osan pensar de una manera diferente. Éste potencia su ignorancia en la más cruel intolerancia. Por otro lado, quien acepta sus limitaciones, y abre su mente y corazón a la posibilidad de adquirir más conocimiento, no sólo aprende a convivir en un mundo conflictivo, sino que también experimenta el gozo de progresar. En uno de los mejores libros escritos en el siglo pasado, el protagonista -llamado Juan Salvador Gaviota- cansado de vivir de los desperdicios del puerto que servían de fuente de alimentación a su bandada, siente el fuerte deseo de aba

LOS TRES HIJOS

El sol se estaba ocultando cuando el viejo abuelo reunió en su derredor a sus nietos más grandes. Era una fría tarde de invierno y el calor de la chimenea humeante invitaba a calentarse envuelto en la radiante energía que emanaba de su seno. -Cuéntanos un cuento, Abuelo. Por favor. - clamó uno de los niños. El abuelo se hamacó en su sillón, estiró las piernas y mirando al techo pareció hurgar entre su vasta memoria el cuento más apropiado para la ocasión.   "Hace muchos años -comenzó diciendo- un hombre tenía tres hijos y una gran propiedad. Decidió que había llegado la hora de regalarle una porción de terreno a cada uno de sus hijos. "Después de darles posesión de los terrenos les aconsejó que cada uno sacase el mejor provecho que pudiera de cada lote, pues él no estaría entre ellos por mucho tiempo más y deberían aprender a valerse por sí mismos. "El tiempo pasó. Un año después el primer hijo volvió a su padre, diciéndole que la tierra que le había cedido e